(ANSA) - MILAN 16 DIC - Milán aspira a convertirse en una
ciudad libre de tabaco y, con el nuevo año, la vida será más
difícil para los fumadores, incluso al aire libre, porque a
partir del 1 de enero de 2025 la prohibición de fumar se
extenderá a todas las zonas públicas o de uso público, incluidas
calles, terrazas y mesas de bares al aire libre.
Por tanto, podrá fumar en lugares aislados donde sea posible
mantener una distancia de al menos 10 metros con otras personas.
El Ayuntamiento así lo decidió en el Reglamento de calidad
del aire y se prevén multas que oscilan entre 40 y 240 euros
para quienes no respeten la prohibición.
La restricción se refiere únicamente al consumo de tabaco,
precisa el Palacio Marino, por lo que se permite el uso de
cigarrillos electrónicos.
Milán fue la primera ciudad italiana en imponer medidas
enérgicas contra el tabaquismo en lugares públicos. En la
capital de Lombardía, la prohibición ya estaba en vigor desde
2021 en algunas zonas. En la actualidad ya no está permitido
fumar en las zonas verdes públicas, excepto donde sea posible
respetar la distancia de al menos 10 metros con otras personas,
en las zonas dedicadas al juego, al deporte, en las paradas de
transporte público, en los cementerios y en las instalaciones
deportivas.
"Este segundo paso en relación con la prohibición de fumar,
que extiende efectivamente a toda la ciudad la prohibición ya
vigente en varias áreas y zonas, es principalmente una acción de
sensibilización - explica la asesora de Medio Ambiente y Verde
del municipio, Elena Grandi -, cuyo objetivo es desalentar
estilos de vida que sabemos que son perjudiciales para la salud
de todas las personas, no sólo de los fumadores".
El tabaquismo, según los datos de Arpa Lombardia comunicados
por el Ayuntamiento, es responsable del 7% de las emisiones de
polvo fino, por lo que perjudica a todos, no sólo a los
fumadores. Por eso el Municipio quería esta restricción.
"Estamos hablando de una disposición que pretende ser una
acción concreta de la que todos puedan beneficiarse - continúa
Grandi que, como fumadora, se dice dispuesta a cambiar sus
hábitos -, tanto en términos de salud personal como de bienestar
general".
Sin embargo, está la cuestión de los controles que puede
implementar el municipio para verificar el cumplimiento de la
prohibición: hasta ahora, desde 2021 se han impuesto pocas
sanciones a quienes sean sorprendidos fumando en lugares
públicos prohibidos.
Según las intenciones del Ayuntamiento, la prohibición
debería ser más bien una medida disuasoria, con el objetivo de
llevar a los ciudadanos a un cambio cultural.
"Por eso contamos con la colaboración de todos - explica la
asesora -. Me alegro de que esta medida esté encontrando el
apoyo del mundo científico".
De hecho, la lucha contra el tabaquismo fue apreciada, entre
otros, por Pier Mannuccio Mannucci, ex director científico del
Hospital Mayor Policlínico y experto en los problemas derivados
del tabaquismo.
"Esperamos que toda la comunidad científica, al compartir
esta disposición, pueda contribuir y ayudarnos a crear
conciencia sobre los daños del tabaquismo", concluye Grandi.
(ANSA).