Por Lorenzo Trombetta
(ANSA) - DAMASCO, 16 DIC - "Inevitables" y "fisiológicas",
pero siempre estremecedoras, son las imágenes provenientes de
Siria, recién salida de más de medio siglo de poder represivo
encarnado por la familia Assad, que muestran ejecuciones
sumarias perpetradas contra civiles considerados pro-régimen y
militares gubernamentales.
Son matanzas cometidas por grupos armados que operan en el
contexto aún caótico marcado por el ascenso al poder de la
coalición yihadista pro-turca Hayat Tahrir ash Sham (HTS).
La mayoría de las víctimas son alauitas, la rama del chiismo
asociada durante décadas con los Assad. Pero entre las víctimas
también hay cristianos. Tampoco faltan soldados del ejército que
han desaparecido sin dejar rastro en las agitadas horas de la
rendición del ejército gubernamental.
ANSA pudo examinar y verificar como auténticos una veintena
de videos provenientes de diversas zonas del centro-oeste de
Siria, en los que se muestran civiles y militares asociados con
los Assad ejecutados sumariamente, sus cuerpos arrastrados por
las calles, golpeados y ultrajados.
Es el caso de Abu Ali Ashur, señalado como "informante de
los servicios de seguridad" del régimen. Su cuerpo sin vida y
deformado es arrastrado cerca de un contenedor de basura, donde
tres hombres descargan su vieja rabia contra su rostro,
golpeándolo con bofetadas y patadas. Uno de ellos le grita:
"Cerdo!". Otro lo golpea mientras grita casi llorando.
Otro caso es el de dos jóvenes soldados gubernamentales que
se habían escondido en un cobertizo al oeste de Hama. Se habían
vestido rápidamente con ropa civil, pero fueron descubiertos y
arrastrados a los campos. Allí, rodeados por hombres armados,
fueron obligados a arrodillarse. Luego, fueron fusilados.
"Cerdos alauitas!" es el grito que acompañó las ráfagas de
fusiles disparadas repetidamente sobre sus espaldas indefensas.
En Idlib, en el noroeste, otro supuesto colaborador del
régimen fue capturado y ejecutado. Su cuerpo, colgado del cuello
y con los genitales expuestos, fue arrastrado por las calles
atado a un automóvil. Personas lo patearon e insultaron. Hay
varios videos y casos similares de ejecuciones provenientes
también de las zonas de Latakia, Homs y Damasco.
También se documentaron casos, confirmados mediante fuentes
cruzadas en el terreno, de civiles asesinados a sangre fría en
sus casas. Es el caso de Saaman Sotme y su esposa Helen
Khashouf, cristianos de Jamisliye, en la región de Tartus. Los
hombres armados los sorprendieron en su casa y los mataron en el
acto.
En otro video, militares gubernamentales en las camas del
hospital militar de Manbij, en el norte, son interrogados de
forma sumaria por los milicianos y luego acribillados en las
camillas del pasillo.
La sucesión de horrores continúa cada día, pero de forma
discreta, lejos de los medios y en cantidades "no alarmantes",
según informaronn los observadores. Estos actos, según ellos,
son calificados como "inevitables" y "fisiológicos" tras décadas
de violencia perpetrada por sirios contra otros sirios en nombre
de los Assad. (ANSA).