(ANSA) - BUENOS AIRES 18 DIC - Un controvertido proyecto, que
cuenta con aval de la Iglesia, podría terminar en la demolición
del Luna Park, un emblemático estadio techado del deporte y el
espectáculo de Buenos Aires, donde Diego Maradona celebró su
fastuosa boda en 1987 con el plantel del Napoli, aunque el Papa
Francisco tiene la facultad de frenarlo.
El actual propietario del Luna Park es Stadium Luna Park
S.A., empresa de la que son accionistas por partes iguales el
Arzobispado de Buenos Aires -a través de Cáritas- y la
Institución Salesiana, que el 16 de octubre pasado aprobó por
unanimidad la entrega en concesión.
El Luna Park fue cedido a DF Entertainment, propiedad de
la empresa estadounidense Live Nation Entertainment Inc. y su
socio local, Diego Finkelstein. La compañía extranjera es
propietaria del 51% de DF Entertainment, que será el gerenciador
del estadio.
A pesar de que el Luna Park es Monumento Histórico
Nacional y además tiene protección patrimonial e histórica de la
Ciudad de Buenos Aires -lo que impide demoliciones y hasta
cambios en su estructura e interior-, el contrato de concesión
firmado por la Iglesia autoriza a demolerlo si se logran los
permisos requeridos, adelantan fuentes cercanas al expediente.
El proyecto de demolición requiere ser aprobado por la
Comisión Nacional de Monumentos y por el Gobierno de la ciudad
de Buenos Aires -ya adelantó que es inviable- e incluso, el
contrato de concesión también prevé que el Papa Francisco lo
apruebe como condición previa para el inicio de las obras.
El nuevo edificio, que ya está proyectado, sería mucho más
grande, ya que el proyecto del concesionario pretende llevar el
aforo máximo de los actuales 8.500 espectadores a 13.000, un
aumento del 53%.
La fecha de entrega del estadio al gerenciador fue
acordada para el 2 de enero de 2025 y el plazo de la concesión
es de 20 años, sumados a otros 20 de prórroga.
La inversión inicial a cargo de Live Nation Entertainment
y DF Entertainment para la obra es de 34 millones de dólares,
destinada a demoler el Luna Park. Según fuentes cercanas al
asunto, el concesionario se obliga a pagarle a la Iglesia un
millón de dólares de prima al tomar posesión del inmueble y,
además, le garantiza un mínimo de un millón de dólares anuales
durante la vigencia del contrato.
Por ser Monumento Histórico Nacional y estar ubicado en un
Área de Protección histórica, existen una serie de restricciones
y limitaciones que se deben respetar en caso de querer modificar
el Luna Park.
Además de diversos estamentos de la Ciudad de Buenos Aires
(medirán deterioro del patrimonio histórico, impacto ambiental,
etc.) será necesaria la aprobación del Papa Francisco, aunque si
no responde, el silencio se considerará como aprobación tácita,
dicen expertos locales.
Si el Luna Park se demoliera total o parcialmente, sería el
primer caso de un inmueble declarado Monumento Histórico
Nacional de Argentina en seguir semejante suerte.
Construido en 1932, fue durante décadas un templo del
boxeo, que albergó combates de grandes campeones mundiales
locales como Carlos Monzón y Nicolino Locche, también fue sede
del Mundial de Básquetbol de 1950.
Además del fastuoso casamiento de Maradona, allí se realizó
el funeral de Carlos Gardel y en su escenario cantó Frank
Sinatra. La otrora dueña de la parte mayoritaria de la sociedad
propietaria del estadio, Ernestina de Lectoure, legó en 2013 el
Luna Park, en partes iguales, a sus actuales propietarios:
Cáritas, administrada por el Arzobispado de Buenos Aires, y la
Sociedad Salesiana. (ANSA).