(ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO, 18 DIC - La situación en Siria
sigue evolucionando y en algunos aspectos es contradictoria.
Pero persiste la esperanza de construir un proceso que conduzca
a elecciones democráticas en el país, según el pensamiento de la
comunidad cristiana.
De todos modos, los cristianos sirios están preocupados por
el riesgo de que las nuevas autoridades impongan una visión
exclusivamente islamista en un país donde se respeta a las
minorías, como explica a ANSA el padre Bahjat Karakash, de los
franciscanos de Alepo.
"Los cristianos siguen perplejos por todo lo que está
sucediendo: comienzan a surgir varios signos de islamización del
país, por ejemplo, se celebró una oración pública muy popular en
las aulas de la facultad de ingeniería de la Universidad de
Damasco", revela el religioso.
El franciscano agrega que "varios puestos de control piden
expresamente a las mujeres cristianas llevar el velo, y a los
conductores quitar todos los signos religiosos cristianos. Y se
alzan varias voces a favor de la separación de hombres y mujeres
género en los espacios públicos".
El padre Karakash subraya, sin embargo, que "por otro lado,
encontramos gestos de esperanza como, por ejemplo, un grupo de
jóvenes musulmanes que se paran frente a las iglesias para
repartir una flor a los cristianos que entran; en la flor hay
una nota que dice: 'juntos podemos reconstruir nuestro Pueblo'".
Todos los componentes de la sociedad están preparando sus
propuestas sobre el futuro del país.
"Nosotros, los cristianos, también hemos avanzado en
reuniones de estudio y propuestas que serán presentadas a los
tres patriarcas presentes en Damasco (griego melquita, ortodoxo
griego y ortodoxo sirio), quienes tendrán luego la tarea de
redactar un texto para presentarlo a la comisión constitucional,
dice el padre.
"Los puntos más destacados de las propuestas son: un Estado
democrático y civil, en el que todos los ciudadanos tengan los
mismos derechos y deberes, sostiene el franciscano.
El padre Karakash explica que somos conscientes de que no
será fácil encontrar una fórmula que satisfaga a todos, dado que
Siria es un país muy diverso y el riesgo de un gobierno
islamista de un color, que excluya a otros, sigue siendo real".
"Esta posibilidad traería el peligro de una nueva dictadura
o de una fuerte inestabilidad en el país, pero obviamente no nos
damos por vencidos y contamos primero y sobre todo en muchos
sirios ilustrados que quieren un Estado civil y democrático,
esperando que la comunidad internacional ayude a estas
corrientes a tener voz", destaca.
En lo que respecta a la vida cotidiana, los problemas
persisten: "Algunos servicios están suspendidos, mientras que
otros funcionan bastante bien. Alepo sufre sed desde hace más de
ocho días debido a un ataque a la estación de agua, perpetrado
por las kurdas "Fuerzas Democráticas Sirias', que están
negociando con Damasco la plena inclusión de los kurdos en el
proceso político que conducirá al nacimiento del nuevo Estado".
(ANSA).