(ANSA) - CARACAS, 18 DIC - El gobierno venezolano de Nicolás
Maduro acaba de anunciar "la reactivación, repotenciación y
adecuación tecnológica" de una empresa minera que había sido
confiscada en 2012 a la firma británica Anglo American, informan
medios oficialistas.
La mina Loma de Níquel, una de las más ricas de la América
del Sur, ubicada en el central estado Aragua y a unos 70
kilómetros de Caracas, estuvo paralizada durante la última
década bajo la administración chavista.
Ahora el gobierno, a través de la vicepresidencia y el
ministerio de Minería, anunció un plan que irá hasta 2026 en
tres fases para ampliar la capacidad operativa de la planta y
elevar la producción de ferroníquel.
El ministerio de Desarrollo Minero firmó un contrato de
concesión por 25 años con una multinacional cuyo nombre no
divulgó, y "respaldada por un grupo bancario de trayectoria
mundial".
"El Gobierno venezolano apuesta a una sólida proyección de
Venezuela en el mercado internacional de metales estratégicos",
según la información.
El gobierno de Maduro dijo que está ofreciendo a capitales
privados 350 empresas estatales de las más de 2.000 que fueron
expropiadas en la etapa más virulenta del llamado socialismo
chavista.
En la mina Loma de Níquel, la primera fase en 2025 se
invertirán de 32 millones de dólares para la adquisición de
tecnología de punta y la adecuación y actualización de equipos
industriales.
Las fases dos y tres (2025-2026) comprenden la ampliación
del parque industrial y la activación al 100 % de las tres
líneas de producción, para lo cual se desembolsarán 115 millones
de dólares, según la información.
Se prevé una producción de mineral de ferroníquel de 1,350
millones de toneladas y la planta tendrá su propio suministro
eléctrico, un asunto clave en Venezuela, donde en medio de la
crisis energética hay apagones diarios.
Según el gobierno, al trabajar en plena capacidad esta mina
podría aportar el 1% de la producción mundial de ferroníquel.
Anglo American tuvo el control de la mina y el 91% de la
empresa hasta 2012, cuando el fallecido Hugo Chávez confiscó la
propiedad y puso fin a las concesiones de los yacimientos que se
extienden en una cordillera.
Entonces la producción del país cayó desde 14.000 toneladas
de níquel ya refinado anuales en 2011 a cero. (ANSA).