Por Mattia Bernardo Bagnoli
(ANSA) - BRUSELAS, 19 DIC - El presidente ucraniano,
Volodimir Zelensky, apareció hoy en Bruselas con un mensaje muy
claro, el de la necesidad de dar una posición europea única que
ayude a Ucrania a lograr la paz.
Y eso porque sólo encontrando la solución adecuada a este
lado del Atlántico (garantías de seguridad, tropas de
mantenimiento de la paz, compromiso financiero) podremos acudir
al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
"Si no sabes qué pasará después, no es una tregua sino un
conflicto congelado", dijo el presidente ucraniano después de
asistir al Consejo Europeo.
"Y no lo aceptaremos", aseveró.
"Para nosotros -añadió- las garantías europeas no son
suficientes".
En ese sentido, se necesita a la OTAN y, por lo tanto, a
Estados Unidos.
Eso también explica la cena de ayer de Mark Rutte, el
secretario general de la Alianza, quien puso a disposición su
residencia privada para una (primera) mesa muy confidencial
sobre los temas vinculados con Ucrania.
La reunión, que finalizó a la 1 de la madrugada, tuvo por
objeto discutir "diferentes escenarios" y estuvo precedida por
una larga reunión bilateral entre Zelensky y el presidente
francés, Emmanuel Macron.
"Seguimos trabajando en su iniciativa sobre la presencia de
fuerzas en Ucrania que podrían ayudar a estabilizar el camino de
la paz", reveló Zelensky.
La clave es decidir qué deberían hacer estos soldados, con
qué mandato y en qué escenario: ¨con la aprobación de la ONU y,
por tanto, con la aprobación de Rusia? ¨en contraposición a
Moscú?
"Es un debate absolutamente prematuro", dijo un funcionario
europeo familiarizado con los intercambios entre los 27 en el
Consejo.
Pero Zelensky fue muy explícito al respecto.
Su objetivo es unirse a la OTAN y todo lo demás puede
considerarse, en todo caso, una solución puente, por lo cual hay
que hay que convencer a Trump.
"Quiero escuchar su visión y explicarle la nuestra y espero
que me comprenda: es importante que esté de nuestro lado y nos
ayude a detener la guerra", añadió Zelensky, subrayando la
importancia de la unidad "entre Estados Unidos y Europa".
En tanto, en las conclusiones de la cumbre, los 27
reiteraron su voluntad de "hacer más" para apoyar a Ucrania, una
fórmula que ya es una práctica común pero -aseguraron varias
fuentes- "no vacía".
"Corresponde a los ucranianos definir qué es la victoria, el
resto vendrá después", explicó un funcionario.
Por su lado, los países nórdicos y bálticos están
presionando para no ceder a la presión de Vladimir Putin.
"Es demasiado pronto para hablar de negociaciones", señaló
el presidente lituano, Gitanas Nauseda.
"Vemos que hubo signos de debilidad por parte rusa, en la
economía y en el suministro de material militar", subrayó el
belga Alexander De Croo, apoyando la posición de quienes,
incluso dentro de los círculos de la OTAN, consideran a Moscú
como cerca de la cima de su esfuerzo bélico.
Porque, al final, si se apresura la tregua, el interrogante
que sobrevuela es qué pasará si luego Putin la viola.
Pero el líder ucraniano ya tiene la respuesta. "Recaerá en
quien lo haya decidido y no sé qué pasará después", advirtió,
reiterando su convicción de que el Kremlin "no se detendrá".
Entre los europeos, aseguró, hay "total comprensión" al
respecto (a excepción del húngaro Viktor Orban, que fue objeto
de burlas de Zelensky porque, según él, no tenía ningún mandato
para negociar nada, y mucho menos el alto el fuego de Navidad).
"Putin -tronó- es peligroso para todos, es el verdadero nazi
de hoy: le encanta matar, creo que está loco y creo que él
también sabe que está loco". (ANSA).