(ANSA) - TERNI 19 DIC - El Niño Jesús está solo a merced de
las olas y corre peligro de ahogarse en las aguas sucias y
perversas de un mar espantosamente azul.
En el pesebre del Instituto de Estudios Teológicos,
Históricos y Sociales (Istess) de Terni, en la región de Umbria,
este año no hay lugar para la tradición. La Virgen y San José
son dos botellas de vidrio. En lugar de pastores y ovejas, solo
plásticos flotantes. Las estrellas de la UE sustituyen a la
estrella de Belén.
"Nuestro pesebre de este año rinde homenaje a Yasmine, la
niña que sobrevivió hace unos días en un naufragio, y a todos
los niños que arriesgan su vida en nuestros mares", explica a
ANSA Arnaldo Casali, director del Istess.
El pesebre de este año, que sigue instalado en el Cenáculo
de San Marcos, se llama "El gran azul", "y es un pesebre
completamente azul, en el que el único ser humano presente es el
Niño, que, sin embargo, se hunde en el agua y al que hay que
salvar inmediatamente".
"En lugar de la estrella de Belén tenemos las estrellas de
Europa, la bandera europea, que está vigilando, pero que también
es la esperanza de futuro de todas estas personas que arriesgan
su vida cada día", prosigue el director.
"El Niño Jesús busca ayuda desesperadamente, como Yasmine y
como tantas personas que se enfrentan a este mar, donde azul en
inglés también es sinónimo de tristeza, así que es un mar de
tristeza, pero también de esperanza, esperanza que también lleva
el nombre del Jubileo de este año, Pilgrims of Hope", recuerda
Casali.
"Pero este niño que nace en medio de este océano de tristeza
también representa la obstinada esperanza en el futuro", subraya
el director del Istess y creador del pesebre junto a Maria
Barlozzo y Veronica Manzini.
En este escenario, no se contempla a los Reyes Magos, "sino
que la salvación del Niño se confía precisamente a Europa y a
esas estrellas que pueden ser verdaderamente la señal para
quienes deben poner a salvo a esta humanidad, a este Dios que se
encarnó en la humanidad, no lo olvidemos", señala Casali.
Por último, la basura que forma parte de la muestra "es un
recordatorio de los mares contaminados y, por tanto, también un
sentido de la responsabilidad desde este punto de vista",
concluye el director del instituto teológico. (ANSA).