(ANSA) - MILAN 19 DIC - Es el espectáculo navideño por
excelencia, pero también una coreografía compleja y llena de
hermosas dificultades, con numerosos solos y personajes.
La Scala, por segunda vez en tres años, ha decidido
inaugurar la temporada de ballet con Cascanueces, en la versión
firmada por Rudolf Nureyev, con un resultado predecible: nueve
minutos de aplausos en el estreno y todas las funciones con
entradas agotadas.
Y aunque, por un lado, la reposición de un espectáculo
histórico (se representó por primera vez en el Piermarini en
1969) en lugar de una nueva producción podría no parecer la
elección más adecuada para inaugurar una temporada, es una carta
de presentación perfecta para mostrar al público a todo el
cuerpo de ballet (incluida la escuela de ballet) y los avances
logrados en estos años.
Como muestra del crecimiento de los bailarines dirigidos por
Manuel Legris, seis elencos se alternarán en las 14 funciones,
en las que la música de Chaikovski será interpretada por la
orquesta de La Scala, dirigida por Valery Ovsyanikov, con el
coro de voces blancas de la Academia.
En el estreno (y en la función previa para jóvenes) del 20
de diciembre, bailaron en el papel de Clara, Alice Mariani, y en
los roles del Príncipe y de Drosselmeyer, Hugo Marchand,
estrella de la Ópera de París, brillantes protagonistas.
El 29 de diciembre y el 4 de enero serán reemplazados por
Agnese Di Clemente y Claudio Coviello; en la función de Año
Nuevo, el 31 de diciembre, y luego el 3 y 5 de enero por la
noche, subirán al escenario Nicoletta Manni y Timofej
Andrijashenko.
En la tarde del 5 de enero y luego el 9 por la noche,
Camilla Cerulli debutará como Clara, junto a Navrin Turnbull,
mientras que el 7 y el 11 de enero será el debut de Marco
Agostino y Martina Arduino. Virna Toppi y Nicola Del Freo
tendrán a su cargo las funciones finales el 10 y 12 de enero.
Una larga lista que no incluye a los numerosos protagonistas
de cada función, que dan vida al Rey Ratón, los copos de nieve,
y los bailarines de las danzas española, árabe, china, rusa y
pastoral.
Del ballet, Nureyev destacó el aspecto más psicoanalítico:
el crecimiento de Clara, de niña a adolescente, sin perder por
ello el encanto de un cuento de hadas perfecto para la época
navideña. (ANSA).