Por Benedetta Guerrera
(ANSA) - WASHINGTON, 20 DIC - El presidente estadounidense,
Donald Trump, no parece tener la intención de darle a Europa
ningún regalo de Navidad: de hecho, a un mes de su toma de
posesión oficial en la Casa Blanca, lanza amenazas a sus aliados
en el extranjero sobre el gas, el petróleo y el gasto en
defensa, dando a entender que no usará guantes de terciopelo con
el Viejo Continente durante los próximos cuatro años.
"Le dije a la Unión Europea que deben compensar su enorme
déficit con Estados Unidos comprando nuestro petróleo y gas a
gran escala. De lo contrario, habrá aranceles a pleno!!!",
advirtió el magnate en un post en Truth.
Así, amenazó con aranceles a las exportaciones europeas, que
incluyen bienes como automóviles y maquinaria.
Europa ya es el mayor comprador de energía estadounidense
-con los Países Bajos, España, Francia, Alemania, Italia,
Dinamarca y Suecia a la cabeza- y, además, Estados Unidos
exporta actualmente al máximo de su capacidad, pero Trump,
durante la campaña electoral, está comprometido a seguir
aumentando la producción de petróleo y gas del país, y parece
decidido a cumplir su promesa.
Por su lado, la Unión Europea respondió a las amenazas del
magnate diciendo que estaba dispuesta a fortalecer aún más las
relaciones comerciales con Estados Unidos, incluso en el sector
energético.
"La realidad es que la UE y Estados Unidos tienen
economías profundamente integradas. Estamos dispuestos a
discutir con Donald Trump cómo podemos fortalecer nuestra
cooperación, incluso en el sector energético", aseveró.
"Ya existe un alto nivel de complementariedad en las
relaciones comerciales entre la UE y Estados Unidos", subrayó un
portavoz de la Comisión.
Sin embargo, cabe señalar que la mayoría de las refinerías
de petróleo y las empresas de gas europeas son privadas y los
gobiernos nacionales tienen poca voz en sus suministros.
La UE aumentó significativamente las compras de petróleo y
gas a Estados Unidos tras la decisión del bloque de imponer
sanciones y reducir la dependencia de la energía rusa después de
que Moscú invadiera Ucrania en 2022, y en los últimos años
Estados Unidos se convirtió en el mayor productor de petróleo
con una producción de más de 20 millones de barriles por día, o
una quinta parte de la demanda mundial.
Los ataques de Trump a Europa no se limitaron al sector
energético.
La otra gran preocupación del presidente electo de Estados
Unidos es el gasto en defensa.
En ese sentido, después de repetir en los últimos meses que
los aliados de la OTAN deben contribuir más, Trump ahora parece
decidido a hacer una petición directa y muy concreta.
De hecho, según informaron sus asesores más cercanos al
Financial Times, Trump quiere pedir a los estados miembros que
aumenten el gasto en defensa hasta el 5% del Producto Bruto
Interno (PBI).
Sin embargo, como señal de buena voluntad por parte de la
nueva administración estadounidense, el presidente electo se
comprometerá a seguir enviando armas a Ucrania.
Por el momento, sólo 23 de los 32 miembros de la Alianza
Atlántica cumplen el actual objetivo de gasto del 2% y países
como Francia, Alemania, Reino Unido e Italia -que el jueves se
reunieron en Bruselas con el presidente ucraniano, Volodimir
Zelensky, y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte para
hablar sobre cómo prepararse para la llegada de Trump a la Casa
Blanca- ni siquiera están seguros de poder aumentarlo al 3%.
El magnate, quien desde su primera campaña electoral acusó a
sus socios europeos de no gastar lo suficiente en defensa y de
aprovecharse del paraguas americano, quiere duplicarlo con
creces, pero, según fuentes bien informadas, al final podría
contentarse con aumentarlo al 3, 5%.
"Saldremos de la OTAN si no se nos trata con justicia",
tronó el presidente electo hace diez días.
Una amenaza que quizás actualmente haya disminuido, pero a
un costo que Europa tal vez no pueda afrontar. (ANSA).