(ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO, 21 DIC - En su discurso a la
Curia Romana por el saludo de navidad, el papa Francisco
imploró hoy que "bendigan y no maldigan nunca", y, en ese
sentido, enfatizó la necesidad de que "digan lo bueno y no digan
lo malo" de los demás.
"Pensé" en proponer la cuestión de "hablar bien de los demás
y no hablar mal de los demás. Es algo que nos concierne a todos,
también al Papa, a los obispos, a los sacerdotes, a las personas
consagradas, a los laicos, y en relación con lo cual estamos
todos iguales porque afecta a nuestra humanidad".
"Esta actitud de hablar bien y no hablar mal es expresión de
humildad y la humildad es el rasgo esencial de la Encarnación",
insistió Francisco.
"La habladuría es un mal que destruye la vida social" y "no
conduce a nada", por eso la gente dice que "la charla no sirve
para nada. Cuidado con esto".
"Dios no nos maldijo sino que nos bendijo. En Dios no hay
maldición sino siempre y sólo bendición".
"Si nuestro corazón está inmerso en esta bendición entonces
somos capaces de bendecir a todos, incluso a aquellos que nos
resultan desagradables, incluso a aquellos que nos han tratado
mal, debemos bendecir", reiteró para concluir el argentino Jorge
Mario Bergoglio.
En su mensaje, asimismo, enfatizó el hecho de que "acusarse
a sí mismo es un medio, pero es indispensable: es la actitud
básica en la que puede arraigarse la opción fundamental de decir
'no' al individualismo y 'sí' al espíritu comunitario, al
espíritu eclesial".
"De hecho, quienes practicando la virtud de acusarse a sí
mismo -subrayó el Papa- y practicándola constantemente, se
liberan de las sospechas y de la desconfianza y dejan espacio a
la acción de Dios, el único que crea la unión de corazones".
"El trabajo de oficina, aquí en la Curia, es a menudo árido
y a la larga se reseca si no se recargan con experiencias
pastorales, con momentos de encuentro y de relaciones de
amistad", advirtió el Pontífice. (ANSA).