Por Mattia Bernarndo Bagoli - El juego comienza ahora".
La Comisión Europea presentó el plan de defensa -el Libro Blanco con "el horizonte 2030", por un lado, y el Rearme Europeo por el otro- y los 27, por primera vez, pueden discutirlo de manera orgánica con las cartas sobre la mesa.
Sin embargo, las posiciones de entrada son diferentes, a veces divergentes. Es por ello que la negociación -más allá de las conclusiones formales de la cumbre- no puede dejar de entrar en vigor a partir de hoy.
El ejecutivo europeo, como se nota en las salas del Justus Lipsius, fotografía la "situación actual". Pero los líderes deben ahora tomar decisiones prácticas y normalmente es cuando surgen los problemas reales en la UE.
Hay que empezar con lo que une. En los borradores de conclusión los 27 -ya que sobre el tema también la Hungría de Viktor Orban está en juego- invitan "a acelerar los trabajos en todos los frentes para aumentar decisivamente la prontitud de defensa de Europa dentro de los próximos cinco años".
Palabras definidas muy claras en comparación con los estándares.
Los líderes piden luego "al Consejo y a los colegisladores que avancen rápidamente en el trabajo sobre las recientes propuestas de la Comisión" y que "comiencen urgentemente la implementación de las acciones identificadas" en la última cumbre del 6 de marzo en el campo de los sectores militares de principal interés y a "continuar con las opciones de financiación correspondientes".
Y es una formulación lo suficientemente amplia para permitir a las capitales no tropezar con el primer vals.
"No se prevé un debate en profundidad sobre las propuestas de la Comisión", explicó una fuente europea.
La hoja de ruta, en efecto, prevé cerrar en el Consejo Europeo de junio, fijado en calendario inmediatamente después de la cumbre de la OTAN en Paises Bajos, donde los aliados serán llamados a aumentar los objetivos de gasto -se habla de al menos un 3%- bajo el impulso enérgico de Donald Trump.
Ciertamente, tres meses es un horizonte muy amplio y algunas etapas previstas por ReArm Europe (por ejemplo la activación de las excepciones al Pacto de estabilidad sobre los gastos en seguridad) debería ocurrir mucho antes.
"Somos conscientes de que ya hay expectativas, después de una serie de encuentros, y deben ser gestionadas, porque no podemos inventarnos cada vez una fórmula nueva", confesó un diplomático.
La realidad es que no hay, por el momento, una lista clara de quién activará con certeza la cláusula y quién no, solo hay indicios (Alemania sin duda, los Países Bajos tal vez no, los países con alta deuda como Italia y Francia están en la escala).
El otro aspecto espinoso es la norma sobre "buy European", fuertemente deseada por Francia para dar impulso a la industria europea. También aquí, las posiciones están articuladas, entre quienes desean una cadena de valor más abierta, que tal vez incluya también a Estados Unidos, después de tener acceso al fondo de 150 mil millones - bautizado Safe - ideado para fomentar las contrataciones conjuntas, sobre todo en los grandes proyectos de interés colectivo como la defensa aérea, los misiles de largo alcance, los aviones de carga, el ciberespacio o el espacio.
En un marco general, el gran tema de las financiaciones con la puja entre los favorables a los eurobonos y los contrarios.
Ahora no hay nada sobre la deuda común pero, se puntualiza, el plan de defensa presentado a los líderes por Ursula von der Leyen debe entenderse como "un primer paso".
"Los países que han resistido durante décadas cambiaron completamente su posición, hoy hay un consenso muy amplio en el Parlamento de la UE y lo probaremos también sobre los gastos de defensa: nada está fuera de la mesa", dijo por ejemplo la presidenta de Roberta Metsola, hablando de los eurobonos.
"Son días decisivos para Europa", le hizo eco von der Leyen.
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