Los primeros resultados fueron recopilados en unos 40 artículos publicados en Nature y otras revistas del mismo grupo editorial. Por Italia contribuyó la Universidad de Milán y el Human Technopole.
"El Atlas de Células Humanas es un gran esfuerzo mundial que, en algunos aspectos, recuerda al de los cartógrafos de siglos atrás", dijo a ANSA Giuseppe Testa, de la Universidad de Milán y responsable de Neurogénica en el Human Technopole.
"Este trabajo -agregó- es posible gracias al hecho de que hoy tenemos las tecnologías para estudiar las células individuales con gran detalle, por ejemplo, para verificar qué específicos genes están activos en aquel momento, con el objetivo de realizar una suerte de mapa de lo que sucede en el interior de cada simple célula de nuestro cuerpo".
La mies de resultados hasta ahora publicada requirió años y la investigación está destinada a proseguir por largo tiempo.
Son 18 en el mundo los grupos de trabajo comprometidos en la construcción del Atlas y cada uno de ellos está activo en sectores diferentes, de los cuales surgen resultados con un impacto importante.
Del mapa de células que llevan a la formación del esqueleto, por ejemplo, aparecieron importantes indicios para la comprensión de la artritis, el mapa de las neuronas permitió reconstruir los cambios que tienen lugar en el cerebro durante algunas enfermedades, en el intestino fueron identificadas células hasta ahora desconocidas. "Tener mapas de este tipo -agregó Testa- abre un nuevo paradigma: la medicina interceptiva. En el sentido de que una vez que se puede observar en profundidad cada célula y todos los genes que utiliza en ese momento, es posible comprender cuándo un tejido comienza a desviarse de su trayectoria normal".
Pero para hacerlo es necesario un mapa: "solo así puedo saber dónde estoy, dónde quiero ir, y saber si me estoy alejando de la ruta justa. En otras palabras -señaló- una medicina capaz de interceptar cada pequeño cambio sin esperar que la patología esté en un estado avanzado".
En este contexto se inserta el estudio en el que colaboraron además Emanuele Villa y Nicolo Caporale, de Human Technopole y la Universidad de Milán, que se focalizó en los organoides cerebrales, o sea mini-réplicas del cerebro humano ideadas para poder estudiar más fácilmente el desarrollo del cerebro en un laboratorio y poder testear fármacos.
"Existen centenares de laboratorios en todo el mundo -expresó aun Testa- que desarrollan y utilizan estos modelos para estudiar varias partes del cerebro. Cada modelo tiene sus características y nuestro trabajo sirvió para hacer que estos trabajos puedan, en cualquier forma, dialogar entre ellos".
Prosiguiendo con la metáfora de la cartografía, "es como si hubiésemos puesto a punto una plataforma común en la que todos los mapas pueden ser compartidos e integrarse entre sí".
El Atlas de las Células es un nuevo instrumento fundamental a disposición de la investigación, una gigantesca recolección de mapas que podrá ser continuamente actualizado por estudiosos de todo el mundo.
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