Merecen la atención de las estrellas, para esta exposición-evento que ya agotó las entradas en la rueda de prensa inaugural, con 60.000 entradas vendidas antes de su apertura, mientras se esperan unos cientos de miles de visitantes y se habla de una difícil prórroga para unas obras que, en casa, son estelares.
Si el nombre basta para hacer saltar cualquier comparación, con "Caravaggio 2025", del 7 de marzo al 6 de julio en las Galerías Nacionales del Palacio Barberini, se derrochan elementos de excepcionalidad.
Al fin y al cabo, la exposición está comisariada por Francesca Cappelletti, Maria Cristina Terzaghi y Thomas Clement Salomon, tres puntas de lanza que reúnen una gran experiencia y capacidad organizativa.
Lo que surge no es una exposición, sino una ensoñación, en la que junto a grandes obras maestras que se pueden disfrutar, hay obras muy difíciles de ver, o que han renacido gracias a recientes restauraciones, que se comparan en las cuatro salas de forma cronológica y permiten también lecturas cruzadas, como la de los mecenas, gracias a los pies de foto razonados.
He aquí, pues, el redescubierto Retrato de Maffeo Barberini, expuesto por primera vez hace sólo unos meses; el recién redescubierto Ecce Homo, que regresa a Italia después de cuatro siglos desde España; las dos pinturas de San Juan Bautista en la misma pared como nunca antes.
También la primera versión de la Conversión de Saulo, que pertenece a una colección privada; y El Martirio de Santa Úrsula, obra maestra de las colecciones Intesa Sanpaolo, que ha sido sometida a un importante trabajo de limpieza que ha sacado a la luz tres nuevas figuras que habían desaparecido con el tiempo.
El cuadro se expone habitualmente en Nápoles, en las Gallerie d'Italia del Banco, que contará para la ocasión con la Dama con un unicornio, de Rafael, cedida por la Galleria Borghese, según explicó Michele Coppola, director ejecutivo de arte, cultura y patrimonio histórico de Intesa Sanpaolo y director general de las Gallerie d'Italia.
Al fin y al cabo, como explicó el director del Palazzo Barberini, Thomas Clement Salomon, "cada cuadro de Caravaggio es una estrella y cada préstamo es una extradición", y esta exposición para él "es cimentar un sueño, realizado en el tiempo récord de un solo año".
Un trabajo coral que ha superado grandes dificultades, gracias también a la colaboración con la Galleria borghese y la directora Francesca Cappelletti.
"Hablando de sueños, explica Cappelletti, no me gustaría despertarme y lo importante es verlo.
Hay préstamos excepcionales, y del Borghese proceden tres
cuadros que apoyan la narración de la exposición con el Baco
enfermo, que cuenta la temprana llegada de Caravaggio a Roma en
el ambiente de los talleres y el mercado. A continuación, uno de
los momentos clave lo marca David con la cabeza de Goliat. Habrá
mucho debate sobre esto porque también es una exposición
científica y hemos datado los cuadros, pero quizá no todo el
mundo esté de acuerdo. Luego, en la última sala, el periodo
final, con San Juan Bautista, compañero ineludible de Santa
Úrsula".
Se trataba, pues, de una exposición de investigación (y el
catálogo publicado por Marsilio es una summa de estudios
recientes sobre Merisi) y no era casualidad que Terzaghi diera
las gracias "a todos los estudiosos que han contribuido a llegar
al punto en el que nos encontramos hoy".
La exposición pretende ilustrar el estado de los estudios
sobre Caravaggio, que se completará con una serie de encuentros
y debates.
El recorrido es tradicional y cronológico, pero son posibles
lecturas transversales. Por ejemplo, está también el
extraordinario tema de los tres cuadros centrados en la misma
bella modelo -cuya identidad aún se discute-, donde resulta
apasionante ver cómo Caravaggio actúa como un director y la hace
vestir con diferentes ropajes.
Pero aquí no acaba la historia porque, con modalidades aún
por establecer, también se podrá visitar una vigesimoquinta
obra, Júpiter, Neptuno, Plutón, la única pintura mural ejecutada
por Caravaggio hacia 1597 en el interior del Casino dell'Aurora,
otra rareza debido a su escasa accesibilidad.
Por último, la exposición estrella del Jubileo, como explicó
Letizia Casuccio, directora general de Coop Culture, fue elegida
como laboratorio de investigación sobre accesibilidad y
fragilidad para hacer posible la visita a todo tipo de público.
Todo el mundo, pero de forma que permita un disfrute agradable,
incluso a costa de números más reducidos, como señaló Clement
Salomon.
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