Opiemme, fundada en Turín en 1998, se propuso como objetivo "explorar los límites entre palabras e imágenes" y convertirse en "portavoz de la poesía".
Mientras que Ícaros, explica a ANSA
Davide Bonatti, miembro de la asociación en la que también
participan Margherita Berardinelli y Tommaso Campano, es una
palabra que tiene una doble referencia y conecta el mundo
europeo/occidental con el latino, a través de la referencia al
mito, pero también a la naturaleza.
"En su poesía, de los años 1950, Zanzotto habla del paisaje
con atención al medio ambiente.
Muestra sensibilidad y
reflexiona sobre una catástrofe climática ya en marcha que
define como "el delirio sobre el cual intentamos extender un
velo de disimulo", destaca nuevamente Bonatti.
El vínculo entre el colectivo y el país sudamericano nació
luego de que Opiemme activara en 2022 una residencia en la
Fundación Pistoletto "sobre artes participativas que involucran
al territorio". Un tema que interesó a la Galería Paul Bardwell
de Medellín, que propuso a la asociación crear un mural en un
espacio público de la ciudad, interpretando la transformación,
que busca dejar atrás la imagen de los años de violencia de
Pablo Escobar.
En Bogotá, sin embargo, el colectivo creó una obra, luego
instalada en el vestíbulo de la sede del Instituto Italiano de
Cultura, que dialoga con el paisaje, interpretando el aforismo:
"En este avance resbaladizo, no sé si me tragan o si me trago".
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