París lucía blindada en la previa del partido que animaban Israel y Mali en el estadio Parque de los Príncipes, por el Grupo D (que completan Japón y Paraguay) del torneo de fútbol masculino que se puso en marcha hoy con un bochorno en el duelo que Marruecos le ganó por 2-1 a Argentina en el Grupo B.
Lo sucedido en el estadio Geoffroy-Guichard, de Saint Étienne, con aficionados marroquíes invadiendo el campo de juego para agredir a los futbolistas argentinos, razón por la cual el partido estuvo interrumpido durante casi dos horas, generó alarma a dos días de celebrarse la ceremonia inaugural de los Juegos.
La gravísima situación en Gaza es otra cuestión que puso en guardia a las autoridades francesas y obligó a desplegar más de mi efectivos de la policía para velar por la seguridad del partido que disputaban las selecciones de Israel y Mali en el torneo de fútbol masculino.
En torno al estadio Parque de los Príncipes se desplegó un "perímetro antiterrorista", explicó el ministro del Interior, Gerald Darmanin, al reconocer que este partido es un caso testigo en lo que hace a la seguridad de los Juegos parisinos.
Toda la delegación israelí gozará de un protocolo de seguridad especial no sólo en la ceremonia de apertura, sino a lo largo de toda la cita olímpica, y es la única que contará las 24 horas del día con protección de gendarmes franceses y de una unidad especializada de la policía, además de la presencia permanente de agentes de seguridad interna israelí (Shin Bet).
La tensión que se generó tras el ataque de Hamas que provocó la muerte de unos 1.200 ciudadanos israelíes el 7 de octubre (con cientos de rehenes) y a la posterior brutal represalia del ejército israelí, que mató a más de 40 mil ciudadanos palestinos, en su mayoría mujeres y niños, obliga a mantener la guardia en alto y anticipa manifestaciones de protesta en París.
Una de ellas, de tono pacífico, fue convocada por una asociación francesa pro palestina justamente durante el partido de fútbol que jugaban las selecciones de Israel y Mali en París, un día después del reclamo para que la delegación israelí fuese expulsada de los Juegos.
Susanne Shields, de Europalestina, un grupo de activistas franceses que protagonizó distintas manifestaciones en los últimos meses, declaró al diario británico "The Guardian" que volverán a protestar en el estadio Parque de los Príncipes contra el genocidio palestino que lleva adelante el ejército israelí en Gaza.
"Nada de Juegos para Israel", rezan los volantes que pretenden repartir los activistas entre el público, ilustrados con un tanque junto a los anillos olímpicos, para reclamar por la decisión del Comité Olímpico Internacional (COI) de admitir a los deportistas israelíes en París, a diferencia de lo que sucede con sus colegas rusos (y bielorrusos), obligados a competir como neutrales debido a la guerra con Ucrania.
Por ese motivo, no se descarta que durante el partido arbitrado por el neozelandés Campbell-Kirk Kawana-Waugh se repitan las manifestaciones en las adyacencias o dentro del estadio del París Saint-Germain, cuando suene el himno israelí.
"No tomamos ninguna situación a la ligera y estamos en aleerta máxima. Todos los atletas estan informado de la situación", explicó David Mencer, vocero del gobierno israelí al afirmar que "nuestro deber es proteger a nuestros deportistas con la colaboración de las autoridades francesas".
La situación en Gaza dio lugar en los últimos días a una polémica que involucró al diputado Thomas Portes, representante de "France Insoumise" (Francia Insumisa, partido de la izquierda), quien afirmó que "los atletas israelíes no son bienvenidos en estos Justos", declaración que generó el inmediato rechazo del presidente francés, Emmanuel Macron.
La tensión israelo-palestina permanecerá vigente a lo largo de la cita no sólo cuando se enfrenten los deportistas de esas naciones, sino también cuando compitan con iraníes (país que respalda abiertamente la causa palestina) o cuando deban hacerlo los atletas de Rusia y de Ucrania en disciplinas como esgrima, tenis y judo, por mencionar solo algunas.
En este último caso, el COI determinó que los representantes de Rusia y de Bielorrusa fuesen admitidos como neutrales, siempre y cuando no pertenezcan a las fuerzas armadas o se hayan expresado públicamente en favor de la guerra con Ucrania, fórmula que no repitió con los representantes de Israel, lo que motivó que los atletas de unas 20 naciones árabes consideren no presentarse cuando deban enfrentar a los colegas de aquel país, a los que definieron como "representantes del régimen sionista".
Resulta difícil que deportistas de Israel y de Palestina se enfrenten en alguna competencia, puesto que la delegación del segundo país estará representada por apenas ocho atletas (es la más numerosa, sin embargo, desde que Palestina participó por primera vez en los Juegos en Atlanta 1996), cifra que se vio reducida porque, según se informó, 88 atletas fallecieron por efecto de los bombardeos israelíes.
En lo que hace al conflicto armado que estalló en febrero de 2022 entre Rusia y Ucrania, en esta edición de los Juegos habrá sólo 140 deportistas ucranianos presentes en 23 disciplinas, el número más bajo de la historia (en Tokio 2021 hubo 155), en tanto que la delegación rusa será todavía más acotada y, en protesta, se anunció que la televisión de ese país no transmitirá los Juegos, algo que no ocurría desde los tiempos de la Unión Soviética cuando se celebraron en Los Angeles en 1984.
Menos tensa, pero para destacar también fue la situación que se vivió en el estreno con derrota de Argentina ante Marruecos, no sólo por lo sucedido con la invasión de aficionados del combinado africano al campo de juego, sino por los silbidos al himno argentino por parte de espectadores franceses en virtud de la controversia que generó un festejo de los jugadores de la selección mayor "albiceleste" tras repetir corona en la Copa América, con cánticos racistas hacia sus pares de Francia, hecho que investiga la FIFA.
Otro caso para destacar apunta al pedido oficial del gobierno de Cuba para que dos atletas nacidos en esa isla caribeña sean excluidos del equipo de refugiados que participa en los Juegos porque, sostienen las autoridades de La Habana, "de refugiados no tienen nada".
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