Un gol del argentino Lautaro Rodrigo Valenti en el séptimo minuto adicionado le permitió a Parma cantar victoria después de tres derrotas en fila y doblegar por 2-1 a Monza, que en el estreno de Salvatore Bocchetti como entrenador se despidió con las manos vacías del estadio Ennio Tardini a pesar de que mereció llevarse algo más.
El cabezazo de Valenti bastó para evitar lo que se anunciaba como un "incendio" en ese escenario por el nerviosismo de los fanáticos de Parma, que al final del primer tiempo despidieron con silbidos al equipo de Fabio Pecchia, que lejos estuvo en ese período de dar una muestra de carácter como ellos mismos le habían exigido en la previa de este duelo.
Pero Parma, que reaccionó en el complemento, se puso en ventaja con un gol de penal convertido por el brasileño Hernani a los 56' y terminó abrazándose a una victoria impostergable con el último suspiro y el tanto de Valenti, ex jugador de Lanús, cuando la historia del partido parecía sentenciada.
Monza, al que le anularon tres goles a instancias del VAR, había logrado empatar a los 85' con un tanto del portugués Pedro Pereira, pero se quedó sin nada y tras sufrir su décima derrota en el torneo, en el que ganó apenas uno de los 18 partidos disputados, se hunde cada vez más en el fondo de la tabla con sólo 10 unidades cosechadas.
Mal comienzo de la era Bocchetti, reemplazante del despedido Alessandro Nesta que tuvo poco tiempo para preparar este duelo entre dos equipos que pelean por la permanencia y en su presentación entre semana advertía que Monza tenía por delante "21 finales", aludiendo a los partidos que le quedan por jugar para soñar con mantener la categoría.
La primera la perdió con Parma, que volvió a sonreír y se aleja de la zona roja, en un partido en el que el visitante jugó desde los 54' con un hombre menos por la expulsión del español Pablo Marí por doble amonestación, tras una falta en el área que derivó en el primer gol del duelo desde los 12 pasos.
Monza pagó demasiado caros sus errores en una fecha a la que llegó con muchas bajas en el plantel, aunque también Parma intentó disimular las suyas, sin mucho éxito sobre todo en el primer período, en el que al visitante le faltó acertar en la puntada final, como le sucedió a Daniel Maldini al fallar frente al arco cuando se jugaban apenas dos minutos.
Un minuto más tarde, el hijo de Paolo y nieto de Cesare volvió a malograr otra ocasión clara para Monza con un remate en el travesaño y luego en el rebote, que conectó con el taco y que Valenti despejó sobre la línea evitando la caída de su valla en un inicio de partido en el que todo era confusión en la zaga de Parma.
Por eso no extrañó que Patrick Ciurria abriera el marcador para los visitantes, aunque la conquista terminó siendo invalidada porque la pelota había superado los límites del campo cuando Gianluca Caprari lo asistió y el árbitro Federico La Penna volvió sobre sus pasos tras consultar al VAR.
No sería la única, pues a los 9' volvería a anular un gol convertido por Maldini tras una habilitación de Caprari por posición adelantada, situación que pareció despertar de su letargo a Parma, que respondió poco después con un remate del rumano Valentin Mihaila que alcanzó a despejar con dificultad Stefano Turati.
Su colega estadounidense nacionalizado japonés Zion Suzuki tenía bastante más trabajo y en más de una ocasión debió jugar como último zaguero para despejar el peligro ante las arremetidas de un Monza más decidido que volvió a llegar con peligro con un remate cruzado de Caprari a los 20'.
La última del primer capítulo la desperdició Samuele Birindelli, quien en lugar de asistir a Maldini cuando se encontraba libre de marcas optó por un remate a las manos del arquero, impidiéndole a Monza irse en ventaja al descanso, rumbo al cual marcharon los jugadores de Parma en medios de los silbidos de desaprobación de su público.
Las modificaciones ensayadas por Pecchi en el arranque del complemento, con los ingresos del francés Ange-Yoan Bonny y de Emanuele Valeri por Matteo Cancellieri y el belga Mandela Keita parecieron revitalizar a Parma, que se puso en ventaja tras la falta que Marí le cometió al francés Woyo Coulibaly y que decretó su expulsión y el penal convertido por Hernani.
Bocchetti mandó al ruedo a Milan Djuric y el bosnio respondió la confianza de inmediato al convertir de cabeza el empate, aunque estaba en posición adelantada y Monza veía así como se le escurría de las manos un nuevo gol anulado y el partido, que con un hombre menos se le hizo cuesta arriba.
Parma defendió la ventaja cerrándose en su campo y de contragolpe pudo aumentarla cuando Birindelli pareció cometerle falta al ingresado marfileño Drissa Camara, aunque esta vez el VAR jugó en favor del visitante al advertirle a La Penna que no había sido tal, obligándolo a retrotraer su decisión inicial al señalar penal en favor del local.
Monza, contra todo pronóstico, llegaría al empate por intermedio de dos ingresados: Kevin Martins, quien envió el centro que Pereira trocó por gol a los 85' para sorpresa de propios y extraños, aunque quedaría tiempo para más y en el séptimo minuto adicionado irrumpiría nuevamente en escena Valenti para sentenciar el pleito.
Al final celebró Parma un premio que no merecía y sufrió Monza, que lleva nueve fechas sin cantar victoria (la última y única fue el 21 de octubre frente a Hellas Verona) y necesita enderezar el rumbo para mantener sus ilusiones de seguir en la máxima categoría, con un nuevo entrenador que ahora contará con algo más de tiempo para trabajar de cara al próximo compromiso.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA