Donald Trump no estará en la COP29 en Bakú, la conferencia anual de la ONU sobre el clima, que se inaugura el 11 de noviembre en Azerbaiyán, hasta el 22 del mismo mes.
Pero el presidente electo estadounidense será el invitado estrella del evento, el que tiene el poder de hacer descarrilar la fiesta. El magnate dijo durante la campaña electoral que, si fuera elegido, sacaría a Estados Unidos del Acuerdo Climático de París, como lo hizo durante su primer mandato.
Pero no solamente eso. Ha amenazado con retirarse por completo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, la CMNUCC, la que organiza la COP.
Significaría que Estados Unidos ni siquiera participaría en las negociaciones para definir políticas climáticas globales.
Simplemente, las ignoraría y haría lo que quisieran.
Y lo que Trump quiere, lo dijo claramente durante la campaña electoral es "perforar, perforar, perforar", o perforar todo lo que pueda en busca de petróleo y gas. Fuentes fósiles que dan a Estados Unidos autosuficiencia energética, y también lo convierten en un país exportador.
Pero también aumentan el efecto invernadero y sus consecuencias, como se vio recientemente en Valencia. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, famoso por sus audaces metáforas, en alusión a Trump, dijo: "el Acuerdo de París puede sobrevivir, pero a veces las personas pueden perder órganos importantes, o perder las piernas y sobrevivir. No queremos un Acuerdo de París paralizado".
El enviado especial italiano para el clima, Francesco Corvaro, fue menos prudente en una entrevista: "Sin Estados Unidos (en el acuerdo, NDR) no vamos a ninguna parte. Las COP se pueden celebrar, de todos modos, por Dios, pero todo estará en pausa este año en Bakú".
El tema principal será la financiación climática, o el nuevo instrumento de ayuda a los países vulnerables: a partir de 2026 deberá sustituir al fondo de 100 mil millones de dólares anuales establecido en el Acuerdo de París y ha alcanzado esta cifra en 2022.
Las negociaciones prometen ser tensas. Los países vulnerables quieren tanto dinero como sea posible y la máxima libertad para usarlo, los donantes están ajustando sus finanzas y quieren reglas claras y controles estrictos sobre el uso de su dinero.
El presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, no estará en Bakú, ni habrá muchos líderes mundiales, desde Xi Jinping hasta Narendra Modi, Ursula von der Leyen, Emmanuel Macron, Vladimir Putin y Lula da Silva. Se espera que la primera ministra italiana, Georgia Meloni, hable el 13 por la mañana.
Pero si Trump hiciera algunos anuncios importantes sobre políticas climáticas durante la conferencia, la COP podría tener un mal final.
Las potencias petroleras que siempre han digerido mal los compromisos de descarbonización, desde Arabia Saudita hasta Rusia, y las potencias industriales emergentes que todavía dependen del carbón, como China e India, podrían aprovechar la retirada estadounidense para echarse atrás también. Y en ese punto, las políticas climáticas globales terminarían en un callejón sin salida.
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