El Pantanal es una llanura aluvial que se extiende principalmente por el estado brasileño de Mato Grosso del Sur, y en menor medida por el de Mato Grosso y partes aledañas del departamento de Santa Cruz en Bolivia y el departamento de Alto Paraguay en Paraguay.
"Mi madre es una vaca", dirigido por Moara Rossetto Passoni y producida por Uvaia Filmes, fue seleccionado para la sección Orizzonti Corti, dedicado a las nuevas propuestas de directores debutantes o emergentes, y promete llamar la atención sobre la devastación del bioma.
"Espero que mi película arroje luz sobre la crisis del Pantanal. Es una locura pensar que uno de los lugares más húmedos del mundo arde intensamente", comenta Passoni en una entrevista con ANSA.
Nacida y criada en Jardim Ângela, un barrio de las afueras de San Pablo, la directora y guionista conoció el Pantanal durante un viaje de infancia.
Acostumbrada al gris de la metrópoli, vivió una "explosión de descubrimiento y de autodescubrimiento" en contacto con la naturaleza, donde tuvo su primera experiencia concreta con la muerte: una vaca sacrificada para una barbacoa.
"Me dejó una huella profunda, haciéndome descubrir la relación entre la vida y la muerte en una lógica completamente nueva", afirma la cineasta.
"La película se desarrolla en una dimensión mítica y habla de un amor capaz de crear y transformar, como el de las madres o las divinidades", señala Passoni, que tiene un pasado de activismo y ya trabajó con la ministra de los Pueblos Indígenas, Sonia Guajajara, y con la diputada Célia Xakriabá, también indígena, sobre causas ambientales.
Descendiente de inmigrantes lombardos y vénetos, la directora afirma que es un "gran regalo" tener a los italianos como primer público de su película.
"Venecia es verdaderamente un sueño - concluye - es un reconocimiento a nuestro trabajo. Es increíble haber llegado a este punto".
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