Según los avances, el texto nuevamente evita condenas explícitas y se limita a fórmulas que llaman al cese del fuego y la ayuda humanitaria. A pesar de esto, todos respaldaron "todas las iniciativas relevantes y constructivas para apoyar una paz duradera", en línea con la Carta de las Naciones Unidas. El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, quien asistió al encuentro en representación de Vladímir Putin, se mantuvo en escucha durante el evento. Antes del inicio de las sesiones, sostuvo una reunión bilateral con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quien continúa promoviendo su papel como mediador, aunque sin presentar planes concretos.
En tanto, hubo momentos tensos entre el mandatario chino Xi Jinping y la prensa, a la que alejó, cuando el primer ministro británico Keir Starmer expresó su preocupación por el magnate Jimmy Lai, encarcelado desde 2020. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, fue quien alzó la voz con firmeza sobre Ucrania. "Debemos apoyar la soberanía de Ucrania", declaró durante su intervención en la primera sesión de la cumbre, que fue inaugurada por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva con el lanzamiento de la Alianza global contra el hambre y la pobreza, firmada con entusiasmo por Italia bajo el liderazgo de Giorgia Meloni.
Esta iniciativa ya cuenta con 148 adhesiones, incluidas 82 naciones, y recientemente sumó a la Argentina de Javier Milei, quien, tras resistirse durante semanas, accedió finalmente con varias reservas. "Desafortunadamente, Rusia, miembro de este mismo G20 - destacó Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea - está intensificando la guerra en Ucrania", y advirtió que esta situación "no solo retrasará una paz justa y duradera, sino que también incrementará las tensiones en Oriente Medio".
En los últimos días, los países europeos, especialmente Francia y Alemania, habían presionado a los negociadores brasileños para fortalecer el discurso geopolítico. Por su parte, Argentina insistió en rechazar cualquier mención al conflicto que no incluyera una condena explícita a Rusia. Fuentes diplomáticas indican que las negociaciones argentinas estuvieron lideradas por Karina Milei, hermana del presidente, quien lo acompañó a Río para su primer cara a cara con Lula. Entre los dos líderes sudamericanos solo hubo un frío apretón de manos, sin sonrisas, apenas el tiempo necesario para una foto protocolar.
Por el contrario, Milei se mostró sonriente y conversando con Emmanuel Macron en el Museo de Arte Moderno, sede del evento. Los dos mandatarios ya se habían reunido en Buenos Aires la víspera, y quizá la influencia del presidente francés -amigo de Lula- contribuyó a la decisión de Milei de adherir a la Alianza global, una de las principales iniciativas del líder brasileño. Desde el Vaticano, el Papa Francisco también expresó su apoyo al G20 mediante un mensaje en el que destacó que la Alianza "puede tener un impacto profundo en los esfuerzos por combatir el hambre y la pobreza", recordando la propuesta de la Santa Sede de redirigir los fondos destinados a armamento hacia un fondo global. Esta idea también recibió el respaldo de la mexicana Claudia Sheinbaum. Según la FAO, en 2024 habrá 733 millones de personas malnutridas, una cifra equivalente a las poblaciones combinadas de Brasil, México, Alemania, Reino Unido, Sudáfrica y Canadá, enfrentando el hambre en un mundo que produce casi 6.000 millones de toneladas de alimentos al año. Para Lula, esto es "inaceptable", y espera que su iniciativa logre un impacto duradero.
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