En los últimos años, la relación entre las dos superpotencias dominantes del mundo se ha vuelto cargada, con legisladores de todo el espectro político adoptando una postura más dura sobre Beijing. La dirección que tome esa relación ahora, dicen los expertos, dependerá de la medida en que Trump siga adelante con su intención de golpear a China con aranceles elevados.
Trump ya sacudió los mercados globales esta semana al decir que comenzaría su mandato con un arancel del 10% sobre los productos chinos, además de aranceles más altos sobre los bienes de Canadá y México. Durante la campaña, el magnate estuvo anticipando aranceles de al menos el 60% a China, lo que algunos economistas han advertido que podría llevar a precios más altos para los consumidores estadounidenses.
Los aranceles elevados podrían "sin duda aterrorizar a los inversores y tener un impacto masivo en el mercado de valores", dijo Josh Kurlantzick, miembro principal del Consejo de Relaciones Exteriores.
Los aranceles también pueden desencadenar otra "guerra comercial" con China, algo similar a lo que ocurrió durante el primer mandato de Trump cuando Washington y Beijing se impusieron una serie de aranceles de represalia, recordaron los expertos.
"Lo que pasaría es que Estados Unidos pondría aranceles, y luego China pondría aranceles en un montón de lugares realmente importantes para las circunscripciones republicanas", dijo Kurlantzick.
El martes, Trump dijo que su candidato a representante comercial de Estados Unidos era Jamieson Greer, quien ayudó a implementar los aranceles de China durante el primer mandato del magnate como jefe de gabinete de Robert Lighthizer, el representante comercial de Estados Unidos en ese momento.
Los analistas advirtieron que las consecuencias de los aranceles podrían ir más allá de la economía, afectando potencialmente a los problemas de seguridad nacional y salud.
Los aranceles elevados podrían hacer que Beijing desconfíe de la cooperación con los Estados Unidos en cuestiones conjuntas, como tomar medidas enérgicas contra los productos químicos precursores del fentanilo, dijo Michael O'Hanlon, miembro principal de la Institución Brookings.
"Si los chinos están sufriendo un 60% de aranceles en todos los ámbitos, la probabilidad de que quieran cooperar en otros puntos de la relación disminuirá drásticamente", dijo O'Hanlon.
En respuesta al anuncio arancelario de Trump, el portavoz de la Embajada de China, Liu Pengyu, dijo que "nadie ganará en una guerra comercial".
El presidente chino Xi Jinping le dijo al presidente Joe Biden este mes que estaba listo para trabajar con la administración entrante de Trump y que esperaba una relación estable y constructiva.
Pero el mensaje a Trump podría cambiar ese objetivo. El presidente electo enfatizó las cuatro "líneas rojas" de China en sus relaciones con Estados Unidos: Taiwán, la promoción de la democracia y los derechos humanos, los esfuerzos para socavar al gobernante Partido Comunista Chino y restringir el desarrollo de China.
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