Con motivo del Día Internacional de la Dislexia, mientras se renueva la atención sobre el tema de los Trastornos Específicos del Aprendizaje (ADS), en Italia, aproximadamente entre el 3 y el 5% de los niños en edad escolar están afectados, a menudo sin un diagnóstico oportuno.
Para apoyar a las familias y a las escuelas, el Instituto Seráfico de Asís ha creado un Cuaderno DSA, que se puede descargar desde el sitio web del instituto.
La importancia de un diagnóstico oportuno, reconociendo tempranamente estos signos, puede marcar la diferencia en el futuro de un niño.
Según el Dr. Gianni Lanfaloni, director del Centro Serafico para DSA, "un diagnóstico precoz y una intervención específica pueden reducir significativamente el impacto del trastorno en la vida escolar y social".
De hecho, entre los servicios para usuarios externos, en Serafico se encuentra el de diagnóstico, certificación y tratamiento de DSA y está acreditado por la Región de Umbría para una certificación válida para fines escolares y laborales.
"Cuando hablamos de Dsa - continúa Lanfaloni - nos referimos a una serie de trastornos que se dividen en dislexia, disortografía, disgrafía y discalculia, que pueden diagnosticarse al final del segundo y tercer grado; para los niños del primer grado, sin embargo, puede ocurrir una posibilidad de riesgo".
Es posible identificar algunas señales clave que podrían hacer sonar la alarma y apuntar hacia una intervención temprana.
1. Dificultad para leer con fluidez. Un niño con dislexia puede tener dificultades para reconocer letras y palabras de forma rápida y precisa; los errores pueden incluir invertir letras similares como "m" y "n", o no reconocer palabras comunes.
2. Lentitud en la decodificación del texto escrito. Si un niño tarda mucho más que sus compañeros en leer un pasaje, esto podría ser un signo de dislexia, ya que la lectura lenta a menudo acompaña a una comprensión lectora deficiente.
3. Errores ortográficos frecuentes. En los casos de disortografía se encuentran constantes errores ortográficos, como confundir sonidos similares ("f" y "v", "b" y "p") u omitir o agregar letras en las palabras (p. ej. "casa" se convierte en "casae") .
4. Escritura desorganizada o ilegible. La disgrafía se manifiesta con una escritura poco legible, desordenada y lenta; a los niños con disgrafía a menudo les resulta difícil mantener las palabras en línea o separar las letras correctamente.
5. Dificultad para aprender las tablas de multiplicar o los números.
Los niños con discalculia pueden experimentar dificultades para memorizar las tablas de multiplicar o comprender conceptos numéricos básicos; puede resultar difícil incluso realizar operaciones matemáticas simples, como sumar o restar.
6. Confusión entre símbolos y números. La discalculia también se manifiesta con la incapacidad para distinguir correctamente los símbolos numéricos, como confundir el 6 con el 9, o el 1 con el 7, generando problemas en el aprendizaje de las matemáticas.
7. Omisión de letras o sílabas. En los niños disléxicos, una señal temprana puede ser la tendencia a omitir letras o sílabas enteras al leer o escribir. Por ejemplo, "plato" se convierte en "pato" o "fruto" se convierte en "futo".
8. Dificultad en la orientación espacial y temporal. Un niño con dislexia o discalculia puede tener problemas para orientarse en el tiempo y el espacio: dificultad para seguir el horario escolar, recordar la secuencia de los días de la semana o leer el reloj.
9. Problemas de atención al leer o escribir. Los niños con DSA a menudo tienden a distraerse fácilmente durante las actividades de lectura y escritura, mostrando poca atención y siendo lentos para completar las tareas.
10. Signos tempranos en el desarrollo del lenguaje. Incluso antes de empezar la escuela, algunos niños muestran signos de riesgo de DSA, como un retraso en el desarrollo del lenguaje o dificultad para "jugar" con los sonidos de las palabras, fundamentales para aprender a leer.
El "Cuaderno DSA", dirigido a padres, educadores y profesores, ofrece herramientas prácticas e información crucial para iniciar un camino de apoyo educativo y el Serafico, con su larga experiencia, ofrece no sólo apoyo clínico, sino también educativo y psicológico, gracias a un enfoque multidisciplinario personalizado.
Para un niño con DSA, la intervención temprana significa no sólo mejorar el rendimiento escolar, sino también recuperar la confianza en sí mismo y afrontar el proceso de crecimiento con serenidad.
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