"Queremos respeto y dignidad", "Vergüenza, vergüenza, vergüenza".
son los gritos que se elevan con fuerza desde la Piazza Santi Apostoli de Roma, donde mil profesionales desafian la lluvia ligera y el cielo gris.
Se trata de un eslogan de bronca para pedirle al gobierno de Giorgia Meloni "Respeto y dignidad". Luego, lanzan una amenaza desde el escenario los dirigentes sindicales: "Si la huelga no es suficiente, provocaremos dimisiones masivas".
"Vivimos en una situación que calificar de dramática es quedarse corto: salarios bajos, estructuras ruinosas, violencia, ausencia de medicamentos en la zona, y los ciudadanos son quienes pagan las consecuencias. Después de 15 años de constante desinversión en la salud pública - afirmó desde el escenario el secretario del sindicato Anaao, Pierino Di Silverio - los médicos reciben 14 euros más al mes".
Di Silverio hizo cuatro peticiones: "Reformas, recursos, seguridad, formación".
Luego, el compromiso desde el escenario con las demás organizaciones y los manifestantes: "Llegaremos a acciones extremas. Si la huelga no es suficiente, debemos llegar a dimisiones masivas. Si nuestra presencia no es apreciada, haremos sentir fuertemente nuestra ausencia".
Recuperar la "dignidad profesional" es la prioridad indicada también por Guido Quici, presidente de Cimo-Fesmed.
"Hasta ahora la asistencia sanitaria sólo ha servido para hacer negocios o para campañas electorales. Ya es suficiente", sostuvo.
Con pantalones de camuflaje, el presidente de la Asociación de Enfermeros, Antonio De Palma, gritando "Vergüenza", también recordó que los enfermeros tendrán derecho a un aumento de 7 euros en 2025.
"Ya no aceptamos que nos consideren fantasmas. El gobierno debería asignar recursos. Porque incluso las enfermeras extranjeras que quieran ser traídas abandonarán Italia en estas condiciones, como ya lo han hecho 30.000 enfermeras italianas que ya se han ido al extranjero", afirmó.
Finalmente, una joven especialista habló desde el escenario.
Es ella quien concluyó el acto leyendo la carta enviada a la premier, Giorgia Meloni. De momento, concluyeron los dirigentes sindicales, no se ha recibido respuesta.
Según las informaciones que empiezan a llegar desde los territorios, los porcentajes de apoyo a la huelga que se inicia hoy entre médicos, gestores sanitarios, enfermeros y profesionales sanitarios "son muy elevados, alcanzando picos del 85% incluidas las exenciones previstas por la ley", dijeron Pierino Di Silverio, secretario de Anaao Assomed, Guido Quici, presidente de Cimo-Fesmed, y Antonio De Palma, presidente del sindicato de enfermeros Nursing Up.
"Una señal importante - escriben en una nota - que debería hacernos reflexionar sobre las inaceptables condiciones de trabajo en los hospitales y compartir los motivos de la protesta".
En la carta enviada a Meloni, hablan de recursos insuficientes, ciudadanos "enojados", trabajadores sanitarios cada vez más atacados e insatisfechos y condiciones laborales inaceptables.
"La nuestra no es una protesta nacida de manera extemporánea sino que tiene sus raíces en los últimos años, caracterizada -tanto en la derecha como en la izquierda- por una visión política extremadamente miope de la salud pública que, de hecho, no protege la salud de los ciudadanos También hemos convocado una huelga de 24 horas tan pronto como tuvieron conocimiento del proyecto de ley presupuestaria, porque supone un nuevo giro en los compromisos asumidos por el Ministro Orazio Schillaci rápidamente desmentidos por el ministerio de Economía que, sin apartarse de viejas lógicas, sigue prevaleciendo en todas partes, socavando gravemente la salud de los ciudadanos italianos", dicen los sindicatos en su comunicado.
Son 1,2 millones de servicios sanitarios los que hoy podrían ser eliminados: en riesgo, afirman los sindicatos, están todos los servicios asistenciales, los exámenes radiológicos (50.000), las 15.000 operaciones quirúrgicas programadas y las 100.000 visitas a especialistas.
Están garantizadas, sin embargo, las prestaciones de urgencia.
El texto de la Ley de Presupuestos para 2025, afirman los sindicatos, "confirma la reducción de la financiación sanitaria respecto a lo anunciado" y el presupuesto, señalan, prevé un aumento de la asignación médica específica de asistencia sanitaria de 17 euros netos para los médicos y 14 euros netos para los gestores sanitarios para 2025, 115 euros en 2026 para los médicos y cero para los gestores sanitarios, mientras que al bolsillo de las enfermeras llegarían unos 7 euros para 2025 y unos 80 euros para 2026.
Otros motivos de protesta también se refieren a los contratos de trabajo, incluidos los de hospitales privados, a los que "se asignan recursos absolutamente insuficientes"; no deducir parte del salario y falta de implementación de la legislación sobre despenalización de actos médicos y de salud.
Tras los recientes episodios de violencia sufridos por médicos en distintos hospitales del país, la protesta es también contra la falta de recursos para la contratación inmediata de personal y la falta de introducción de normas que comprometan a los ministerios competentes a la activación inmediata de las Unidades de Seguridad Pública en los hospitales italianos para convertirlos en lugares seguros para el personal que trabaja allí.
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