Pero ante "un viernes más" de huelga, que ha visto manifestaciones en varias ciudades -incidentes durante la marcha estudiantil de Turín-, el viceprimer ministro regresa a su cargo: un viernes más "caracterizado no solo por el caos y las molestias, sino sobre todo por violencia, enfrentamientos y daños a la propiedad pública y privada. Es urgente revisar la norma sobre abstención laboral", bramó Salvini.
Inmediatamente, llegó la respuesta de USB, relanzando la acusación: "Salvini es inadecuado, los inconvenientes para los usuarios son diarios". Sin embargo, el ministro vuelve a su intención de actuar sobre la ley de huelga, que se ha convertido - en su opinión - "en un arma de conflicto político y de agresión contra la policía más que en una protección de los trabajadores".
Además, el ataque provocó también una reacción de las comunidades judías "asombradas" porque "entre los motivos está el apoyo de Italia al gobierno genocida israelí". Una huelga "no es una plaza desde la que se anuncian consignas de odio y distorsión" hacia Israel, afirma la presidenta de la Unión de Comunidades Judías Italianas (UCEI), Noemí Di Segni.
Un odio que no puede tener otra explicación "que la urgencia de expresar, incluso fuera de lugar, un antisemitismo que siempre ha estado hirviendo", afirma el presidente de la Comunidad Judía de Roma, Victor Fadlun, expresando también "conmoción y desconcierto".
En el volante de la huelga de la USB, que afectó a los sectores público y privado, se pedía "detener" la maniobra del gobierno y decir "no a la economía de guerra" y en su lugar aumentar los salarios y las pensiones y la seguridad en el trabajo.
Unos "5.000" salieron a las calles en Roma, estima el propio sindicato de base. La marcha que recorrió las calles de la capital entre banderas, bombas de humo y silbatos se abrió con la pancarta "Fuera el gobierno Meloni. Aumente los salarios, baje las armas". También desfiló una gran bandera palestina.
"No nos rendimos. Esta es la nueva resistencia", dicen los activistas de la USB: "Hay una resistencia formada por inmigrantes, trabajadores, estudiantes, investigadores", sentencian.
En el transporte público local se garantizan franjas de garantía, definidas a nivel local. Debido a la huelga, se cerraron algunas líneas de metro (las líneas A y C pararon en Roma, la línea 1 en Milán, un funicular en Nápoles) y se saltaron los viajes en autobús.
Incomodidades, sobre todo, para los usuarios que tuvieron que lidiar con varias cancelaciones de trenes y retrasos (en Florencia hubo un pico de 100 minutos para un tren): por ejemplo, entre las 9 y las 11 de la mañana se cancelaron el 15% de los trenes gestionados por Trenord. En el sector ferroviario la huelga finalizaba esta tarde a las 21 horas. Excluido de la protesta estuvo el sector aéreo que se movilizará el 15 de diciembre.
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