"En una Europa sin rumbo, Italia tiene su momento", es el título de un artículo del New York Times que destaca cómo "con Alemania y Francia sumidas en la crisis, el gobierno de la primera ministra Giorgia Meloni parece un "oasis de estabilidad, revolucionando el modelo habitual del continente".
"En medio del caos - escribe el periódico pocos días después de que Politico coronara a Meloni como la persona más poderosa de Europa para 2025 - ha surgido un improbable remanso de relativa tranquilidad en un país que durante mucho tiempo ha sido considerado uno de los más ingobernables de Europa: Italia".
"El gobierno de la primera ministra Giorgia Meloni ha demostrado ser duradero y estable, y la economía italiana ha demostrado una relativa resiliencia. Muchos en Italia creen que las tablas políticas europeas han cambiado", agrega el artículo.
"Parece ser - continúa el NYT - un momento propicio para Meloni, que tiene el viento político a su favor mientras fuerzas de derecha similares cobran impulso en otros grandes países de Europa, y ahora también en Estados Unidos con la elección de Donald J. Trump, en un momento de incertidumbre en Francia y Alemania, sus partidarios esperan que la combinación de circunstancias fortalezca su posición y la de Italia en la escena internacional."
"En Europa, Meloni ha trabajado para disipar los temores sobre las raíces pos-fascistas de su partido Fratelli d'Italia, alineándose con sus socios europeos en cuestiones clave como el apoyo a Ucrania contra la invasión rusa, para convertirse en un puente entre la corriente política dominante y la extrema derecha. Sus partidarios predicen que ahora podría desempeñar un papel similar en la mediación de las tensiones entre Europa y el presidente electo Trump, que ha amenazado con una guerra comercial y retirar el apoyo estadounidense a la OTAN y Ucrania", amplía el periódico.
Sin embargo, señala el NYT, "algunos analistas políticos se muestran escépticos de que la estabilidad de Italia se traduzca en un papel de liderazgo más amplio en Europa. Meloni, dicen, no ha articulado una visión para Europa como lo han hecho otros líderes, por ejemplo el presidente francés Emmanuel Macron. Su estrategia, señalan, ha sido más defensiva, dirigida a extraer recursos de Bruselas y proteger los intereses y fronteras de Italia, en lugar de encontrar soluciones paneuropeas a desafíos comunes, segura de que ella es quiere".
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