Un largo aplauso de compañeros y simpatizantes del partido la Liga que llegaron a Palermo para expresar solidaridad con su líder disolvió una tensión que duró casi ocho horas: efectivamente, los jueces de la segunda sección del Tribunal de Palermo absolvieron a Matteo Salvini de los cargos de secuestro y denegación de documentos oficiales "porque el hecho no existe".
"Defender la patria no es un delito. Quienes pensaban utilizar a los inmigrantes para hacer política perdieron y regresan a España con las manos en los bolsillos", comentó el también viceprimer ministro, visiblemente aliviado, después de abrazar a su novia Francesca Verdini. La historia es la del barco Open Arms al que, en agosto de 2019, Salvini, entonces jefe del Ministerio del Interior, impidió entrar en aguas italianas y, en consecuencia, evitó que desembarquen 147 inmigrantes rescatados en el mar.
Una prohibición ilegítima, primero según la Fiscalía de Palermo, luego según el Tribunal de Ministros, que identificó dos delitos y una violación del derecho interno e internacional en la conducta del político.
Seis años de prisión era la pena solicitada por la diputada Marzia Sabella y por los fiscales Gery Ferrara y Giorgia Righi, obligados, tras la acusación, a afrontar una avalancha de insultos y amenazas en las redes sociales.
Y si el día de la sentencia la Fiscalía no hace comentarios, la premier italiana, Giorgia Meloni, habló de "acusaciones infundadas", mientras el canciller italiano, Antonio Tajani acotó: "Hay un juez en Palermo".
Por su parte, el ministro de Justicia, Carlo Nordio, rindió "honor a estos valientes magistrados", pero luego aseveró que "este proceso ni siquiera debería haber comenzado. Juicios como éste, basados ;;en nada, frenan la administración, creo que es necesaria una reflexión sobre nuestro sistema imperfecto". Victor Orban también se alegró desde Hungría: "bien hecho, Salvini -dijo el presidente húngaro- la justicia ha prevalecido".
Entretanto, el líder del Movimiento 5 Estrellas, Giuseppe Conte, que en el momento de los hechos dirigía el gobierno que entró en crisis durante los días del caso Open Arms, toma nota de la sentencia, al afirmar que "debe ser respetada y puede ser comentado cuando sea presentada".
También recordó que "los jueces son un poder autónomo" y "es bueno que el centro derecha lo tenga en cuenta cuando cree que tiene razón".
En línea similar, la secretaria del Partido Democrático, Elly Schlein, también dijo "las sentencias siempre se respetan, a diferencia de lo que hace la derecha".
Una historia que ha traspasado los confines de los tribunales e incluso de Italia termina, por tanto, con una absolución total.
La historia comenzó tras el rescate de 124 inmigrantes de Libia por parte de la ONG catalana.
La tripulación pidió entonces que se les asigne un puerto seguro a Italia y Malta: la primera de una serie de peticiones en ese sentido, pero, en respuesta, recibieron un no rotundo de la isla y llegó un decreto de Salvini que prohibía la entrada a las aguas italianas.
Una decisión, la del Ministerio del Interior, tomada en virtud de los llamados decretos de seguridad y de acuerdo con los ministros de Defensa y Transportes del Movimiento 5 Estrellas, Elisabetta Trenta y Danilo Toninelli.
Así comenzó el tira y afloja entre el entonces gobierno de coalición y Open Arms.
La ONG volvió varias veces a pedir la cesión del puerto ante el silencio del ministerio.
Mientras, la situación a bordo empeoraba día a día: la tripulación denunciaba las precarias condiciones sanitarias en las que se encontraban los refugiados.
Varios inmigrantes con problemas de salud eran llevados a tierra y, en el caso de los menores de edad, tras un recurso de Open Arms, el tribunal de Palermo decidió su desembarco.
En medio del conflicto con el ministro Salvini, la ONG realizó, a la vez, un tercer rescate en el mar.
Así, a mediados de agosto, Open Arms eligió la vía judicial y apeló al TAR de Lazio.
El presidente de los jueces administrativos respondió rápidamente y suspendió la medida de Salvini, mientras la situación era muy crítica.
El conflicto terminó el 20 de agosto, cuando el entonces fiscal de Agrigento, Luigi Patronaggio, subió al barco para comprobar las condiciones físicas y mentales de los refugiados -algunos desesperados se arrojaron al mar para nadar hasta Lampedusa- y decidió incautar del barco.
Salvini era investigado por secuestro y denegación de documentos oficiales en colaboración con su jefe de gabinete, Matteo Piantedosi.
Para la competencia los autos pasan a los fiscales de Palermo y luego al tribunal de ministros que reclamaba la controlabilidad de las decisiones del ministro, considerándolas actos administrativos y no políticos y formula la acusación.
El juicio comenzó el 15 de septiembre de 2021, el cual continuó durante 3 años y 24 audiencias, hasta la sentencia de hoy.
"El dolor es sobre todo para las personas que han sido privadas de su libertad", comentó Óscar Camps, director de Open Arms.
Salvini lo vio de otra manera: "Yo sólo defendí las fronteras".
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