Ahora es el momento de mantener los "nervios tranquilos" y el "tono bajo". Porque solo con la máxima confidencialidad, que el Gobierno de Italia pide también a los partidos de la oposición directamente informados, se podrá alcanzar "el objetivo de traer a la periodista Cecilia Sala de vuelta a casa lo antes posible y en las mejores condiciones".
Son horas agitadas en el Palazzo Chigi en un día semi-festivo. La detención de la periodista italiana, recluido en régimen de aislamiento desde el 19 de diciembre en la prisión de Evin, en el norte de Teherán, es el centro de una reunión a primera hora de la mañana, en la que también estuvieron presentes los altos mandos de los servicios de inteligencia, para hacer balance de la situación.
La noticia, que permaneció cubierta durante ocho días, ya está circulando y por ello se ha tomado la decisión de difundir una nota formal de la Farnesina, la cancillería italiana.
Poco antes de hacer pública la información, Alfredo Mantovano - el subsecretario de la presidencia a quien Giorgia Meloni, a pesar de permanecer "constantemente informada, desde el primer momento", confió el expediente - junto con el cancilller Antonio Tajani llama a Elly Schlein, Giuseppe Conte y los demás líderes opositores para advertirles. Y también les pide que mantengan un perfil bajo, en el esfuerzo común por obtener la liberación de la reportera del Chora Media, un podcast, y del diario Il Foglio, con sede en Roma.
Se necesita un tono "moderado", explican en los altos niveles del gobierno, para que las conversaciones con las autoridades iraníes sean "lo menos complejas" posible. En la Cámara del Palacio Madama, donde los senadores están llamados a dar luz verde definitiva a la maniobra, se suceden intervenciones moderadas, con todos los grupos expresando su cercanía a la familia de Sala y pidiendo al ejecutivo que "actúe rápidamente".
La noticia distrae a la multitud reunida en la sala Garibaldi de las hazañas del senador de la FdI (Hermanos de Italia, el partido de Meloni), Guido Liris, que anuncia su dimisión como ponente de la Ley de Presupuesto.
Y en las discusiones surge el temor de que la detención de la periodista pueda estar de alguna manera relacionada con la detención de un ciudadano iraní en el aeropuerto de Malpensa, Milán, y en espera de ser extraditado a Estados Unidos. Una conexión que, según la preocupación generalizada entre los parlamentarios, complicaría la situación.
Nadie en el gobierno está desequilibrado en este punto.
Sin embargo, la visita a la prisión iraní de la embajadora italiana Paola Amedei se considera una señal positiva, al igual que la posibilidad dada a la periodista de telefonear a su familia. Por el momento, sin embargo, aún no se conocen los "cargos" que llevaron a la detención.
Queda "mucho trabajo por hacer", confía el Poder Ejecutivo. El gobierno "está trabajando con la máxima discreción para intentar traerla a casa", afirmó el ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, mientras su colega de Defensa, Guido Crosetto, asegura que se seguirán "todos los caminos". Pero es necesaria la "máxima confidencialidad", se repitió una y otra vez desde el Palacio Chigi, donde algunos acogieron como notas falsas algunas declaraciones del PD (Partido Demócrata) y del M5S (Movimiento 5 Estrellas), incluidas las peticiones al gobierno de que informe. "Politizar" el asunto, según el razonamiento, solo correría el riesgo de "poner a Sala en peligro".
Además, la información dada a los parlamentarios del oficialismo fue precisamente la de no mencionar el régimen del ayatolá, también para no subir el tono durante unas negociaciones muy delicadas. "Seguimos el caso de cerca y con gran aprensión. Pedimos inmediatamente al Gobierno, con el que ya estamos en contacto, que ponga en práctica todas las iniciativas", indica el mensaje del secretario demócrata, mientras que el líder del M5S dice estar "seguro de que la diplomacia está trabajando sin descanso". Y "el máximo apoyo a los esfuerzos del Gobierno" proviene del ex primer ministro y líder de Italia Viva, Matteo Renzi, mientras que Carlo Calenda expresó la cercanía de Azione a la familia y sugirió "sopesar cada iniciativa para que no obstaculice su pronta liberación".
"Que pueda volver a casa lo antes posible" es también la esperanza de Nicola Fratoianni, mientras que su colega de AVS (Verdes y Socialistas), Angelo Bonelli, subraya que es "crucial proteger sus derechos".
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