Varios representantes de la industria brasileña viajarán a Bolivia, la próxima semana, con el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, en el intento de obtener gas natural que se espera esté disponible tras el vencimiento del acuerdo de suministro con Argentina.
Buenos Aires, de hecho, tiene un contrato con la petrolera estatal boliviana YPFB que vence en septiembre próximo y que, por lo tanto, abriría una nueva ventana para Brasil.
La semana pasada, Bolivia -que desde entonces formalizó su membresía en Mercosur- enfrentó un frustrado golpe de Estado militar contra el gobierno, y la disminución de la producción interna de petróleo y gas estuvo en el centro de sus preocupaciones económicas y políticas.
El presidente de YPFB, Armin Dorgathen, afirmó en una entrevista con la prensa internacional, publicada en su sitio web, que Brasil es uno de los países más interesados ;;en garantizar el suministro de gas mediante la creación de asociaciones estratégicas con la petrolera boliviana.
La industria brasileña requiere alrededor de 40 millones de metros cúbicos de gas por día y, durante mucho tiempo, enfrentó altos precios del gas que, según sus representantes, hacen que las empresas nacionales sean menos competitivas.
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