La ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París se puso en marcha hoy con una inédita apertura que por primera vez en la historia se realiza fuera de un estadio y se trasladó a las aguas del río Sena, que atraviesa la capital francesa.
Para destacar ese cambio de programa, el encargado de iniciar la ceremonia fue el actor Jamel Deboouze (protagonista de la película Angel A, de Luc Besson, junto con la actriz danesa Rie Rasmussen), sorprendido al ingresar a un estadio vacío como último portador de la antorcha olímpica.
Allí lo aguardaba el campeón mundial francés Zinedine Zidane, que tomó el testigo dando comienzo a la apertura de los Juegos con imágenes filmadas que luego dieron paso a la acción en directo en las orillas del río Sena, donde poco después al desfile de las delegaciones que participarán de los Juegos.
En medio de fuegos artificiales con los colores de la bandera francesa (blanco, rojo y azul) que iluminaron el cielo en el puente de Austerlitz, uno de los puntos emblemáticos, la delegación de Grecia encabezó el desfile, como marca la tradición, seguida por la del equipo de Refugiados, cuyos integrantes vestidos completamente de blanco fueron los más aplaudidos por la nutrida concurrencia.
Desde el palco ubicado en el Trocadero, el presidente francés, Emmanuel Macron, y el titular del Comité Olímpico Internacional (COI), el alemán Thomas Bach, tras estrecharse las manos, observaban con curiosidad el desfile junto con una multitud estimada en 300 mil espectadores.
Para suerte de los testigos preferenciales y de los organizadores de los Juegos, la lluvia que algunos pronosticaban faltó a la cita y la ceremonia se inició sin sobresaltos en medio de operativo de seguridad sin precedentes por las características inusuales de la misma y en una jornada alterada por sabotajes en el sistema de transporte ferroviario que pretendieron opacar la fiesta.
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