"En el marco de las normas aplicables del derecho internacional", anunció en un comunicado la cancillería, el gobierno de Panamá "ha decidido suspender, a partir de la fecha, las relaciones diplomáticas con la República Árabe Saharaui Democrática (RASD)".
Panamá "privilegiando el interés nacional y fiel a los principios fundamentales de su política exterior, reafirma su convicción con los propósitos y valores que orientan el multilaterlismo y reitera su voluntad de continuar apoyando los esfuerzos promovidos por el Secretario General y la comunidad internacional, en el marco de las Naciones Unidas, con miras a lograr una solución pacífica, justa, duradera y aceptable para las partes involucradas en la cuestión del Sáhara Occidental, incluida la libre determinación de su pueblo", añade.
Concluye el comunicado señalando que Panamá "siguiendo su tradición de ser un país mediador, reafirma su compromiso con el diálogo y la cooperación multilateral, en plena observancia a una política exterior constructiva y orientada a fortalecer la paz y la seguridad internacionales".
Panamá fue el primer país del continente americano que reconoció a la RASD, en 1978, bajo el liderazgo del teniente coronel Omar Torrijos, y alojó en 1980 la primera Embajada saharaui en América.
En 2013 el entonces presidente, Ricardo Martinelli, congeló las relaciones diplomáticas, que fueron restauradas en 2015 con el gabinete de Juan Carlos Varela.
La República Árabe Saharaui mantiene desde el siglo pasado un contencioso con Marruecos por la antigua colonia española, que ambos reivindican.
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