La carta fue firmada por Suecia, la República Checa, Finlandia, Rumanía, Lituania, Polonia, Estonia y Letonia y, según nos informan fuentes europeas, cuenta con el apoyo de Dinamarca, Francia, Irlanda y los Países Bajos, quienes, sin embargo, no la firmaron.
En la carta, los ocho países acogen con satisfacción la propuesta circulada en Bruselas en los últimos días de incluir inmediatamente en la lista negra nuevos elencos de personas y entidades implicadas en violaciones y abusos de los derechos humanos.
Al mismo tiempo, las ocho capitales proponen el establecimiento, como es el caso de países como Nicaragua y Bielorrusia, de un régimen de sanciones separado y específico diseñado para abordar la situación represiva en el país, en línea con otros regímenes de sanciones.
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