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Moscú amenaza por los misiles de EEUU en Alemania

Se agudiza una nueva carrera armamentista

MOSCU, 18 julio 2024, 17:24

Redaccion ANSA

ANSACheck
La espiral de tensión entre Rusia y Occidente no cesa y, por ese motivo, existen temores por la agudización de una nueva carrera armamentista.
    Una semana después de que Washington y Berlín anunciaran un posible despliegue de misiles estadounidenses de medio-largo alcance en Alemania, Moscú volvió a alzar la voz, clamando que "no puede descartar ninguna opción" como respuesta, ni siquiera la de desplegar misiles nucleares.
    "No puedo excluir ninguna opción", declaró el número dos de la diplomacia rusa, Serguéi Riabkov, respondiendo a quienes le preguntaron si el Kremlin tiene intención de desplegar misiles nucleares en el caso de que Estados Unidos tuviera que enviar cohetes de medio-largo alcance a Alemania a partir de 2026.
    Las palabras del viceministro de Asuntos Exteriores de Moscú, citadas por las agencias de noticias rusas, sólo pueden recordar los difíciles años de la Guerra Fría.
    Pero también reflejan las tensiones internacionales actuales, peligrosamente reavivadas por la invasión de Ucrania ordenada por Vladimir Putin.
    Las tensiones que también se pueden leer en el duelo político entre Rusia y la Unión Europea, con el Kremlin rechazando inmediatamente las palabras de Ursula von der Leyen sobre la construcción de una "verdadera Unión Europea de Defensa".
    Desde Moscú, en efecto, consideran que las declaraciones de Von der Leyen confirman "la actitud general de los Estados europeos" hacia la militarización" y "el uso de métodos de conflicto".
    El posible despliegue futuro en Alemania de misiles estadounidenses Tomahawk y Sm-6, así como de armas hipersónicas, está en el centro de la atención mundial.
    El canciller alemán, Olaf Scholz, afirmó que se trata de una herramienta de "disuasión" para "garantizar la paz".
    Pero el anuncio realizado al margen de la última cumbre de la OTAN divide a Alemania: entre los políticos alemanes parece haber logrado consenso, pero también algunas críticas duras, incluidas las de algunos miembros de la actual coalición gobernante.
    Por su parte, el Kremlin parece haber confiado a Ryabkov la tarea de abordar la cuestión. Incluso con duras advertencias.
    "Debemos calibrar nuestras respuestas sin restricciones internas desde el punto de vista de qué se puede desplegar, cuándo y dónde. Es decir, el abanico de opciones es lo más amplio posible", afirmó el viceministro ruso, que ya había prometido "una respuesta militar" la semana pasada, según Interfax.
    Pero las palabras más amenazantes son probablemente las pronunciadas el sábado pasado por el portavoz de Putin: "Tenemos suficiente capacidad de disuasión en comparación con los misiles estadounidenses".
    "Sin embargo, las víctimas potenciales son las capitales de los países europeos", tronó Peskov en los últimos días.
    Hay muchos observadores que temen una nueva y peligrosa carrera armamentista.
    Sobre todo después de que, hace cinco años, Estados Unidos y Rusia desperdiciaran el Tratado INF que en 1987 puso fin a la crisis de los euromisiles y que prohibía los cohetes terrestres con un alcance de entre 500 y 5.500 kilómetros.
    El entonces presidente estadounidense, Donald Trump, fue el primero en retirarse del acuerdo firmado por Mijaíl Gorbachov y Ronald Reagan.
    La Casa Blanca acusó a Moscú de haber violado el acuerdo con un cohete capaz de volar 2.500 kilómetros: el Novator 9M729.
    En cambio, el Kremlin aseguró que eran los estadounidenses quienes no estaban respetando el acuerdo con su Escudo Antimisiles en Europa del Este.
    El temor es que las consecuencias se puedan ver años después.
   

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