"No hay duda de que la presidencia de Trump marcará una gran diferencia en las relaciones entre Estados Unidos y Europa. No necesariamente todo de mala manera, pero ciertamente tendremos que tomar nota de ello", dijo Draghi al llegar hoy a la cumbre informal de la UE en Budapest.
Para el también expresidente del Banco Central Europeo, Trump "sin duda dará un gran impulso a la llamada alta tecnología, donde ya estamos muy por detrás y es el sector impulsor de la productividad. Ya ahora la diferencia de productividad entre Estados Unidos y Europa es muy grande "Por tanto, tendremos que actuar".
Draghi recordó que "la mayoría de las sugerencias" que incluye el informe que presentó a la comisión sobre la competitividad se centran en este tema.
"Trump dará mucho impulso a los sectores innovadores y protegerá en gran medida las industrias tradicionales, aquellas a las que más exportamos a Estados Unidos", subrayó el ex premier italiano.
Por lo tanto, "tendremos que negociar con nuestro aliado estadounidense, con un espíritu unitario, pero de manera que nuestros productores europeos también se vean protegidos".
Draghi también abordó otra cuestión que también volvió a quedar en el centro del debate con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, que es su exigencia de que cada país de la UE dedique al menos el 2 por ciento de su PIB a la Defensa, para que no sea Estados Unidos el gran financiador de la OTAN.
Muchos países europeos, entre ellos Italia, sostienen que el Pacto de Estabilidad de la UE, que fija los límites de déficit público, les impide alcanzar esa cifra para la defensa, ya que orientan recursos a otros rubros.
Para Draghi, "es posible gastar el 2% del PIB en defensa respetando el Pacto de Estabilidad. Habrá que tomar toda una serie de decisiones: hoy debemos decidir qué hacer porque esta es la nueva situación", sostuvo.
El ex titular del BCE también defendió la necesidad de que la UE emita bonos de deuda comunes, un punto muy resistido por países como Alemania.
La deuda común "es necesaria para algunos proyectos de interés común europeo, y se espera que para estos proyectos haya financiación común, un ejemplo son las interconexiones en el ámbito energético", explicó.
"Es indispensable, pero no es la prioridad, advirtió Draghi.
"El informe sostiene que sobre la competitividad de la UE hay muchas otras decisiones que se pueden tomar sin abordar inmediatamente el problema de la financiación pública común".
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