La reapertura de la catedral será "un shock de esperanza", al menos tan fuerte como el trauma causado por el incendio del 15 de abril de 2019, recalcó el presidente francés, y agradeció a las miles de personas, entre donantes y trabajadores, convocadas esta mañana al interior de la joya gótica del Ile-de-la-Cité, en el corazón de París: un 'bosque de piedra' resplandeciente de luz que ahora resurge de las cenizas.
"Esta metamorfosis la debemos a ustedes", prosiguió Macron, en un sentido homenaje a los más de 2.000 (re)constructores de catedrales, "hombres y mujeres" que trabajaron "día y noche" para lograr el renacimiento de la Gran Señora de París.
"El siniestro de Notre-Dame fue una herida nacional para la cual ustedes fueron el remedio a través del trabajo, del compromiso: ustedes son los alquimistas de la obra.
Transformaron las cenizas en arte", subrayó Macron, en un discurso solemne en el interior de la nave central donde hace cinco años -recordó- sólo había un "campo de ruinas, una tragedia al aire libre. Una referencia, esto último, al techo de madera medieval devorado por las llamas junto con la aguja".
(reconstruida idéntica) erigida en el siglo XIX por Eugène Viollet-Le-Duc.
Entre los detalles más conmovedores revelados hoy, la estatua de la Piedad, en el corazón de la catedral, con un pequeño montón de polvo de plomo dejado intencionalmente en el surco de la mano de Cristo muerto, evidencia el incendio.
La "obra del siglo, en el andamio más grande de Europa", como dijo Macron, fue un desafío considerado imposible por muchos pero que Francia logró completar en cinco años. Y no faltan el veneno y la polémica en los medios de comunicación por la "firma" que se acusa al presidente en crisis de querer dar a la empresa: un intento -subrayan los comentaristas- de relanzar una presidencia en crisis, mientras el gobierno de Michel Barnier está más que nunca al borde del abismo con las amenazas de censura de la izquierda y Marine Le Pen.
Por su parte, el arzobispo de París, Laurent Ulrich, evocó una catedral "como nunca antes vimos hasta hoy, que recupera su grandeza, su resplandaor y su luminosidad".
Lo que contribuyó a la resurrección de Notre-Dame fueron sus miles de operarios, restauradores y restauradoras -también italianas- que trabajaron a pesar de las restricciones y dificultades: a comenzar por los riesgos ligados a los polvos de plomo y el stop de las obras durante el Covid-19. Aquellos que participaron en las obras recibirán el llamado "Diplôme Notre-Dame", "certificado del compromiso profesional y de la gran calidad de las capacidades aquí reconocidas".
El incendio difundido en todo el mundo provocó una explosión de solidaridad sin precedentes, con ayudas de todo el mundo que ascienden a 844 millones de euros. Sergio Mattarella también se encuentra entre los líderes esperados en la ceremonia inaugural, prevista para el próximo fin de semana, fiesta de la Inmaculada Concepción.
Con motivo de la visita a Francia con motivo del 500° aniversario de la muerte de Leonardo Da Vinci, en mayo de 2019, el presidente italiano fue el primer líder internacional en visitar la catedral herida, todavía cubierta de escombros.
"Estoy aquí para dar testimonio de la amistad entre Italia y Francia", enfatizó Mattarella en aquella ocasión, e hizo hincapié en que Notre-Dame de París refleja "gran parte de la historia y de la civilización de Europa". En unos días se producirá la reapertura al público y se espera, un renacimiento definitivo.
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