De hecho, el sábado 28 de diciembre entra en vigencia el nuevo reglamento europeo sobre el cargador electrónico único que, al normalizar los nuevos productos vendidos en el continente con la presencia obligatoria de un puerto USB tipo C, permitirá poner fin a la desperdicio de miles de toneladas de desechos electrónicos.
La obligación portuaria, ya generalizada entre los principales fabricantes de tecnología, entrará en vigencia a partir de mañana para una larga serie de dispositivos: teléfonos móviles, tabletas, cámaras digitales, cascos y auriculares, consolas de videojuegos manuales, altavoces portátiles, libros digitales, ratones. teclados, micrófonos, sistemas de navegación portátiles, consolas portátiles y lectores de libros electrónicos vendidos en la UE.
Mientras, para los ordenadores portátiles nuevos la obligación entrará en vigencia el 28 de abril de 2026.
La norma, que se aplica a los dispositivos nuevos vendidos y no a los que ya están en el mercado, conlleva numerosas ventajas.
En primer lugar, simplifica la vida de los consumidores al eliminar la necesidad de llevar consigo cargadores diferentes y a menudo inutilizables.
Además, ayuda a reducir el impacto ambiental al limitar la producción de residuos electrónicos.
Actualmente, los europeos gastan alrededor de 250 millones de euros al año en cargadores que a menudo resultan superfluos o no se utilizan, y terminan alimentando las 11.000 toneladas de residuos electrónicos que se producen anualmente en la UE.
La introducción del cargador universal pretende acabar con ese despilfarro.
La publicación de la ley, que tuvo lugar en diciembre de 2022, preveía su entrada en vigencia en los próximos 24 meses, con fecha límite el 28 de diciembre de 2024.
Para concienciar a los usuarios, las distintas empresas deberán proporcionar información clara sobre las características de los dispositivos y el contenido del paquete.
Cada marca podrá adoptar estándares propios para la carga rápida sin excluir el llamado "USB power delivery", es decir, un protocolo de alimentación compartida.
De hecho, según precisó en una nota la asociación de consumidores Aduc, la directiva también armoniza los requisitos de carga rápida, lo que permitirá a los usuarios cargar a la misma velocidad con cualquier cargador compatible.
A partir de mañana, los fabricantes deberían haber actualizado sus embalajes con información sobre las funciones de carga y lo que se incluye en cada compra.
Para comprender la magnitud del fenómeno, en 2020 en la Unión Europea -precisó la asociación- se vendieron 420 millones de teléfonos móviles y otros dispositivos electrónicos portátiles.
Cada consumidor posee una media de tres cargadores para estos dispositivos, de los cuales habitualmente sólo utiliza dos.
Según la Comisión Europea, el 38% de los consumidores afirma tener dificultades para cargar su teléfono móvil, normalmente porque el cargador es incompatible.
De esta forma también se acaba la fidelización que practicaron diversos fabricantes de dispositivos y, en consecuencia, el consumidor ahorrará.
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