"¿De qué sirve el dinero en el banco, las comodidades de los apartamentos, los 'contactos' falsos del mundo virtual, si los corazones permanecen fríos, vacíos, cerrados? ¿De qué sirven los altos niveles de crecimiento financiero de los países privilegiados, si entonces medio mundo muere de hambre y de guerra, y otros se quedan quietos y miran con indiferencia? ¿De qué sirve viajar por el planeta si cada encuentro se reduce a la emoción de un momento, a una fotografía que nadie recordará en unos pocos días o meses?", preguntó Francisco en su homilía.
El Pontífice preside la misa en el Altar central de la Confesión con los cardenales creados en el consistorio público ordinario que tuvo lugar ayer por la tarde. Entre los 21 nuevos cardenales, de los cuales 20 serán electores en un posible cónclave, cinco son italianos: el ex nuncio apostólico Angelo Acerbi -el único no elector-, el vicario de Roma Baldassare Reina, el arzobispo de Turín Roberto Repole, el de Nápoles Domenico Battaglia y el subsecretario para los migrantes del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, Fabio Baggio.
Los otros 16 nuevos cardenales de este décimo Consistorio de Francisco proceden de Perú (Castillo Mattasoglio), Argentina (Bokalic Iglic), Ecuador (Cabrera Herrera), Chile (Chomalì Garib), Japón (Kikuchi), Filipinas (Siongco David), para el primera vez Serbia (Nemet), Brasil (Spengler), Costa de Marfil (Bessi Dogbo), Argelia (Vesco), Irán (Mathieu), Canadá (Leo), Lituania (Makrickas), Australia (el Bichok ucraniano), Inglaterra (Radcliffe) e India (Koovakad).
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