El empleo crece y el riesgo de pobreza disminuye, pero Italia sigue estando por detrás de la media de la Unión Europea: en 2023 tuvo un aumento récord del empleo con 1,5 puntos más (solo superado por Malta, más del doble del promedio UE) pero se mantiene al final del ranking con solo el 66,3% de las personas entre 20 y 64 años trabajan.
En el mismo período, el riesgo de pobreza disminuyó, alcanzando su nivel más bajo desde 2010: el 18,9%. Los comentarios del gobierno fueron positivos: para la ministra de Trabajo, Marina Calderone, "una vez más las cifras desmienten a quienes intentan colorear la realidad según los intereses políticos de cada uno, Eurostat ha certificado que en 2023 Italia registró el segundo mayor aumento porcentual del empleo (+1,5 puntos porcentuales), más del doble de la media de la UE".
"Meloni heredó una Italia que estaba última en Europa en términos de tasa de empleo y en dos años la llevó a un crecimiento récord del empleo", afirma la ministra de Turismo, Daniela Santanchè. "Los datos publicados hoy por Eurostat confirman la validez de las políticas aplicadas por el gobierno para el relanzamiento económico de Italia", declara la subsecretaria de Economía, Lucia Albano.
En la práctica, el camino hacia la reducción de las dificultades económicas y sociales parece haber comenzado, pero el camino sigue siendo largo.
La brecha con la tasa media de empleo europea sigue siendo de nueve puntos a nivel nacional, pero aumenta si se mira a las mujeres y especialmente a los territorios con el Sur aún más atrás. 2023, año en el que se ha producido un endurecimiento de los ingresos de los ciudadanos con la posibilidad de disfrutar del subsidio durante un máximo de siete meses para los llamados empleables, se ha producido, sin embargo, una reducción del riesgo de pobreza monetaria (es decir, de la población con ingresos inferior al 60% de la mediana nacional) de 1,2 puntos (-0,3 puntos de media en la UE).
La tasa de riesgo de pobreza monetaria después de las transferencias sociales cayó al 18,9% de la población (16,2% en la UE), equivalente a 11,12 millones de personas, con una reducción de 676.000 personas en 2022.
Si se observa en el rubro de pobreza y exclusión social (por lo tanto, además de la pobreza monetaria, también a la presencia de graves privaciones materiales o baja intensidad de trabajo) en Italia el porcentaje de la población en esta situación de dificultad económica es igual al 22,8%, una disminución de dos puntos en comparación con 2022 pero aún mayor que la media de la UE (21,4%).
En total, 13 millones 392 mil personas en nuestro país se encuentran en esta situación de riesgo, con una reducción de alrededor de 900 mil personas respecto a 2022. Son personas que viven en familias o en situaciones de relativa pobreza, o no pueden afrontar gastos imprevistos o calentar una vivienda adecuada o tomarse una semana de vacaciones al año fuera de casa, o que se encuentren en hogares con baja intensidad de trabajo, es decir, que trabajan menos del 20% de su jornada normal.
Para los menores el riesgo de pobreza y exclusión social es superior al porcentaje general. En Italia en 2023, más de una cuarta parte de los menores, el 27,1%, se encontraban en esta difícil situación, cifra inferior al 28,5% de 2022, pero aún superior a la media de la UE (24,8%).
En la práctica hay 2 millones 471 mil menores de 18 años en situación de penuria económica. Entre los factores de privación material grave se encuentra la incapacidad de tener una comida adecuada con carne o pescado o un equivalente vegetariano cada dos días.
Si en la UE, en promedio, el 9,5% no puede permitirse comer adecuadamente, en Italia el porcentaje es del 8,4% (frente al 7,5% en 2022). El porcentaje aumenta al 19,2% en Italia para las personas que tienen unos ingresos inferiores al 60% de la mediana.
Para reducir aún más el riesgo de pobreza, será esencial aumentar la participación laboral, especialmente entre las mujeres.
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