El ministro de Empresa y Made in Italy, Adolfo Urso, se declaró "satisfecho" con su misión en China, pues el objetivo, dijo, "era lograr avances significativos en la colaboración de los socios industriales". La evaluación, sin embargo, "se puede hacer mejor, porque la nuestra era sólo una misión preparatoria, y los resultados" de la primera ministra Giorgia Meloni se esperan en Pekín a finales de julio, añadió.
Y, según reportaron fuentes cercanas al ministro a ANSA, "podría haber 5 o 6 resultados finales", precisamente de carácter industrial.
"Jugué la primera parte. Luego se podrá dar una opinión sobre el partido cuando el árbitro pite el final de la segunda parte, tal vez incluso la prórroga, pero no lo creo", señaló Urso, basándose en el metáfora futbolística al final de los dos días de entrevistas.
"Creemos que es el momento adecuado para colaboraciones tecnológicas industriales y para crear automóviles, autobuses eléctricos, vehículos comerciales ambientalmente sostenibles y ciertamente parques eólicos y tecnología fotovoltaica en nuestro país con empresas y tecnología chinas", añadió, recordando cómo la fábrica de Enel en Trisun en Catania está destinada a convertirse, pronto, en "el primer gran productor de paneles fotovoltaicos de Europa".
A pesar de su salida de la Nueva Ruta de la Seda, Italia quiere abrir una nueva fase de la asociación estratégica con China, que este año cumplirá veinte años, pasando de bases comerciales aún urbanizables a bases industriales.
China es "un mercado indispensable para quienes quieren hacer negocios en el mundo y un socio cada vez más importante para crear tecnología verde, movilidad eléctrica y autobuses en Europa según la sostenibilidad medioambiental que queremos. Y pienso también en el sector farmacéutico".
Por eso, el ministro se reunió, desde una perspectiva institucional, con el secretario del Partido Comunista de Pekín y uno de los 24 miembros del comité, Yin Li, así como con el ministro de Industria y Tecnologías de la Información, Jin Zhuanglong, con quien mantuvo decidió trabajar en un memorando de cooperación industrial.
En cuanto a las empresas, hubo reuniones con altos directivos de Dongfeng Motor y con David Zhang, director general de JAC Motors, en las que participó el presidente de la asociación automovilística ANFIA, Roberto Vavassori.
"Tenemos -afirmó Urso- una historia reconocida por todos en la industria del automóvil y una cadena de suministro que es la mejor de Europa".
El jueves, el ministro se reunió con los líderes de otros actores de la movilidad eléctrica: Chery, el fabricante de automóviles chino con mayor presencia en el extranjero, y con la compañía CCIG, interesado en producir autobuses eléctricos en Italia.
Hoy, al final de la jornada, continuaban las conversaciones con el presidente de Ming Yang, Zhang Chuanwei, en las que participaron representantes del grupo Toto, para explorar las cuestiones de la energía procedente de fuentes renovables, en particular la eólica marina flotante y las turbinas necesarias.
"El objetivo es hacer de Italia una plataforma de producción que ponga de relieve la cooperación mutuamente beneficiosa entre Italia y China, respetando las normas europeas e italianas", observó Urso.
En ese contexto, en noviembre próximo, el presidente italiano, Sergio Mattarella, visitará China, para sellar "un año particularmente importante para las relaciones bilaterales, que coincide con el 700 aniversario de la muerte de Marco Polo", símbolo del diálogo entre Oriente y Occidente.
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