Una antología de los discursos del papa Francisco sobre la democracia se publicará con motivo de la visita del Pontífice a Trieste, mañana, al final de las Semanas Sociales de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI).
El libro se adjuntará gratuitamente mañana a Il Piccolo, el principal diario de Trieste.
"Mi presencia en Trieste, ciudad con un fuerte sabor centroeuropeo por la convivencia de diferentes culturas, religiones y etnias, se produce en conjunción con el evento que la Conferencia Episcopal Italiana organiza en esta ciudad, las Semanas Sociales de los Católicos en Italia, dedicada este año al tema 'En el corazón de la democracia. Participar entre historia y futuro", recordó el Papa.
"La democracia hoy parece sufrir las consecuencias de una enfermedad peligrosa, la del 'escepticismo democrático'. La dificultad de las democracias para hacerse cargo de la complejidad del tiempo actual -pensemos en los problemas relacionados con la falta de trabajo o el poder excesivo del paradigma tecnocrático- parece a veces ceder ante el encanto del populismo".
En ese sentido, el argentino Jorge Mario Bergoglio resaltó el hecho de que la democracia es inherente a "un gran e indudable valor: el de estar 'juntos'".
"Juntos es sinónimo de participación", escribió el Papa.
"Aprendí que los problemas de los demás son los mismos que los míos. Estar juntos es política, estar solo es avaricia".
"Sí, los problemas que enfrentamos -prosiguió- pertenecen a todos y conciernen a todos. El camino democrático es discutirlos juntos y saber que sólo juntos esos problemas pueden encontrar una solución. Porque en una comunidad como la humana no nos salvamos solos. Tampoco vale el axioma de mors tua vita mea".
De ese modo, el Papa recordó que Giuseppe Toniolo, fundador de las Semanas Sociales, "había comprendido muy bien los límites del homo oeconomicus, o esa visión antropológica basada en el 'utilitarismo materialista', como él lo definía".
"Aquí quisiera decir esto, pensando hoy en lo que significa el 'corazón' de la democracia: juntos es mejor porque solos es peor. Juntos es bonito porque solos es triste", insistió Francisco.
La democracia requiere, por lo tanto, "la participación, la exigencia de poner el propio esfuerzo en ella, de arriesgarse a la confrontación, de poner en juego los propios ideales, las propias razones. De correr riesgos. Pero el riesgo es el terreno fértil en el que germina la libertad".
En cambio, quedarse en la ventana frente a lo que sucede a nuestro alrededor, a juicio del Pontífice, "no sólo no es éticamente aceptable sino que, además, egoístamente, no es ni sabio ni conveniente."
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